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Comienzan oficialmente las campañas electorales en México con el legado de AMLO en juego. Las democracias latinoamericanas enfrentan desafíos pero son resilientes.

Comienzan oficialmente las campañas electorales en México con el legado de AMLO en juego.

El periodo oficial de campaña para las elecciones generales del 2 de junio en México arranca el viernes 1 de marzo. Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez tendrán tres meses para convencer a los votantes de que deben ser ellos quienes asuman el siguiente mandato presidencial. Aunque Sheinbaum, del partido gobernante, aventaja a Gálvez, su rival de la coalición de oposición, por más de veinte puntos porcentuales en la mayoría de las encuestas, algunos informan de que la brecha se ha reducido desde octubre. La ventaja de Sheinbaum refleja su profunda lealtad hacia el siempre popular presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). A su vez, él utiliza sus conferencias de prensa matutinas y su control sobre los recursos del Estado para apoyar su candidatura, presentando un presupuesto ampliado para 2024 y una ambiciosa agenda legislativa que incluye veinte propuestas de reformas constitucionales y legales. Mientras tanto, la campaña de Gálvez ha sufrido hasta ahora de una coalición política dividida, un acceso limitado a los medios de comunicación y una estrategia de comunicación fragmentada, a menudo dirigiéndose a los ya convertidos en lugar de a los seguidores de AMLO que aún esperan algún cambio. La oposición tiene temas en los que apoyarse. Los asesinatos alcanzaron niveles récord bajo el mandato de AMLO, razón por la cual más de la mitad de los votantes citan la delincuencia como su principal preocupación. El lento crecimiento económico significa que los ingresos per cápita son más bajos que cuando empezó AMLO. El acceso a medicamentos básicos, médicos y escuelas de calidad también se ha deteriorado. Y revelaciones recientes de investigaciones estadounidenses (ya cerradas) sobre millones de dólares provenientes de cárteles de la droga para financiar las campañas y el gobierno ponen en duda las garantías anticorrupción de AMLO. Si el 2 de junio se convierte en un referéndum sobre AMLO, Sheinbaum asumirá el cargo el 1 de octubre. Sin embargo, si se convierte en un debate sobre quién está mejor preparada para liderar la nación, Gálvez puede tener una oportunidad, especialmente entre los casi dieciséis millones de mexicanos que por primera vez tienen derecho a votar en unas elecciones presidenciales.

Las democracias latinoamericanas enfrentan desafíos, pero son resilientes

América Latina y el Caribe retrocedieron por octavo año consecutivo en el Índice de Democracia 2023 de la Economist Intelligence Unit (EUI), con dos tercios de los países de la región cayendo en la clasificación del índice. Centroamérica fue la gran perdedora, impulsada por el acaparamiento de poder del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, combinado con los altos niveles de violencia criminal, así como por los esfuerzos de los políticos guatemaltecos para impedir que el presidente democráticamente elegido, Bernardo Arévalo, tomara posesión de su cargo. Chile pasó de la categoría de “democracia plena” a la de “democracia deficiente” al percibirse un declive en la cultura política democrática del país debido a una “mayor preferencia por los gobiernos de [tecnócratas]”. Brasil también fue categorizado como “democracia deficiente” debido a un empeoramiento percibido en la participación política y las libertades civiles. En ambos casos, la democracia ha sido puesta a prueba. En Chile, los ciudadanos votaron dos veces a favor de sustituir la constitución, y las dos veces rechazaron los borradores propuestos al considerarlos como demasiado radicales. Los chilenos de todas las sensibilidades aceptaron pacíficamente ambos resultados. Los tres poderes del gobierno de Brasil defendieron la democracia cuando los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro saquearon el congreso, el palacio presidencial y el tribunal supremo. Y a pesar de ingresos per cápita relativamente bajos, de mayores desigualdades, de una violencia significativa y del debilitamiento del Estado de derecho América Latina y el Caribe se sitúa como una de las regiones más democráticas del mundo, por detrás de América del Norte y Europa Occidental, mucho más prósperas.