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La OTAN necesita una nueva estrategia para el Mar Báltico
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First Published in: Oct.07,2022
Apr.19, 2023
Ante el próximo ingreso de Suecia y Finlandia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Alianza debe actuar con rapidez para desarrollar planes que tengan en cuenta la nueva realidad geopolítica de la región del Mar Báltico. Cuando Suecia y Finlandia se conviertan en miembros, la Alianza necesitará un enfoque integral de seguridad que considere la región en su conjunto, en vez de dividirla en los tradicionales campos "báltico" y "nórdico".
Desde Pedro el Grande (1682-1725), Rusia ha tenido designios imperiales sobre la región, y no es probable que esto cambie en un futuro próximo. Las derrotas tácticas rusas en el este de Ucrania no deben inspirar complacencia estratégica a los responsables políticos de la OTAN. Deben considerar el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN como el punto de partida, y no la línea de meta, para reforzar la seguridad en el Mar Báltico.
Si la OTAN adopta las medidas adecuadas, el ingreso de Suecia y Finlandia permitirá a la Alianza defender más fácilmente a los países bálticos y disuadir más eficazmente las agresiones rusas en la región. Entre otras cosas, las siguientes medidas pueden lograr este objetivo:
- Actualizar y modernizar los planes de contingencia de la OTAN en la región del Mar Báltico.
- Destacar el papel de las islas Åland, Gotland y Bornholm, así como de los estrechos daneses, en los planes de contingencia para el Mar Báltico.
- Establecer un grupo de combate de la OTAN en Finlandia
- Aumentar la presencia marítima de la Alianza en el Mar Báltico
- Establecer una presencia militar permanente en los países bálticos
- Establecer una misión de defensa aérea en el Mar Báltico
- Desarrollar planes de contingencia para Bielorrusia y Kaliningrado en caso de conflicto armado en la región del Mar Báltico
La OTAN necesita actualizar continuamente sus planes de contingencia a medida que evoluciona el panorama de seguridad en Europa y se incorporan nuevos miembros a la Alianza. En el pasado la OTAN se ha mostrado a menudo demasiado lenta a la hora de adoptar estas medidas. Por ejemplo, tras la adhesión de los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) en 2004, la OTAN dudó en desarrollar planes de contingencia para los países bálticos por temor a que al hacerlo se enemistara con Rusia. Esta complacencia empezó a cambiar en 2008, tras la invasión rusa de Georgia. En ese momento, la OTAN desarrolló por fin su primer conjunto de planes de contingencia para los Estados bálticos.(1) Sin embargo, la OTAN no empezó a tomarse en serio sus responsabilidades de seguridad en el flanco oriental hasta la primera invasión rusa de Ucrania en 2014.
Inmediatamente después de la invasión, Estados Unidos desplegó una compañía de infantería en cada uno de los tres Estados bálticos de forma rotatoria.(2) Tras la Cumbre de la OTAN celebrada en Varsovia en 2016, esta modesta presencia rotatoria estadounidense se transformó en el establecimiento de cuatro batallones multinacionales de Presencia Avanzada Reforzada (EFP, por sus siglas en inglés) destacados en Polonia y los países bálticos.(3) En 2020, la alianza adoptó nuevos planes de defensa para el Báltico.(4) Desde la segunda invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la OTAN ha acordado aumentar su presencia de tropas en el Báltico, de una fuerza del tamaño de un batallón a una brigada "donde y cuando sea necesario".(5) Ahora que Suecia y Finlandia pronto serán miembros de la OTAN, la alianza tendrá que actualizar una vez más su planificación para la región del Mar Báltico.
La incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN será positiva para la Alianza por varias razones. Ambos países poseen ejércitos robustos que añadirán capacidades significativas a la alianza. Ambos han demostrado voluntad política para desplegar fuerzas en el extranjero, en lugares como Afganistán, los Balcanes, los cielos sobre Libia y el África Subsahariana. Ambas han proporcionado una importante ayuda militar y humanitaria a Ucrania. Y lo que quizá sea más importante, la entrada de Suecia y Finlandia en la Alianza aporta una claridad muy necesaria sobre el papel que se espera que desempeñen en caso de agresión rusa en la región. En concreto, la OTAN puede defender más fácilmente a los tres países bálticos si Suecia y Finlandia forman parte de la alianza.
Sin estos dos países dentro de la OTAN, los tres países bálticos están geográficamente aislados del resto de la alianza. Al este de los países bálticos se encuentran Rusia y Bielorrusia. Al oeste, Lituania comparte frontera con el exclave ruso de Kaliningrado (véase la figura 1). Sólo Lituania comparte una frontera terrestre con otro país no miembro de la OTAN: una frontera de 65 millas con Polonia al suroeste, entre Kaliningrado y Bielorrusia, conocida como la Brecha de Suwalki. Este aislamiento geográfico dificulta los planes de contingencia de la OTAN para los países bálticos. Mientras que los planificadores militares rusos siempre supusieron que Finlandia y Suecia acudirían en ayuda de la OTAN en caso de crisis, los planificadores militares de la OTAN no tenían esa garantía. Una vez que Finlandia y Suecia se incorporen a la Alianza, su papel en la planificación de la seguridad regional de la OTAN quedará finalmente aclarado.
Sin embargo, la nueva realidad geopolítica del Mar Báltico implica que la OTAN tendrá que actualizar los planes de contingencia para los dominios terrestre, aéreo y marítimo de la región:
- Cambios en el dominio terrestre del Báltico. Finlandia tiene una frontera de 830 millas con Rusia. Aunque el ejército finlandés ha defendido adecuadamente esta frontera durante décadas, la OTAN debe decidir cómo se integrará en los planes de defensa nacional de Finlandia. Lo mismo ocurre con las islas Åland de Finlandia y la isla sueca de Gotland, que la OTAN deberá tener en cuenta en sus planes de defensa para la región del Mar Báltico. Además, la OTAN tendrá que examinar las contingencias de las líneas de comunicación terrestres (GLOCs, por sus siglas en inglés) y los planes de defensa para toda la Península Escandinava, y no sólo para Noruega como ha sido el caso durante décadas. En cuanto a los Estados bálticos, la brecha de Suwalki seguirá siendo su principal GLOC.
- Cambios en el dominio aéreo del Báltico. La entrada de Suecia y Finlandia en la Alianza duplica el número de cazas de cuarta y quinta generación operados por los países nórdicos.(6) Con Suecia y Finlandia dentro de la OTAN, la Alianza tendrá que ampliar la misión y el ámbito geográfico de la actual operación de Vigilancia Aérea del Báltico para que se centre en la defensa aérea.
- Cambios en el dominio marítimo de la región báltica. La entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN añadirá a la alianza otras 95.775 millas cuadradas de zona económica exclusiva y 2.780 millas de costa. El estatus único de las islas Åland (ver figura 1) supone nuevos retos para los planificadores de la OTAN. Por otro lado, el acceso a Gotland y su utilización ofrecen oportunidades. Además, los estrechos daneses y la isla danesa de Bornholm adquirirán una importancia aún mayor para los planes de contingencia de la OTAN en la región del Mar Báltico.

La región del Mar Báltico alberga puntos geográficos de importancia estratégica para la seguridad regional. Esto hace que la membrecia de Suecia y Finlandia a la OTAN sea imperativa. La historia ha demostrado que la mayoría de las operaciones militares en la región del Báltico requieren el acceso a lo que hoy es el espacio aéreo, marítimo y terrestre sueco y finlandés. Por ejemplo, durante la guerra de Crimea (1853-56) y la intervención aliada en la guerra civil rusa (1918-20), la entonces fortaleza sueca de Viapori (hoy conocida como Suomenlinna en Finlandia) y las islas Åland desempeñaron papeles cruciales. Durante ambas guerras mundiales, los estrechos daneses, que limitan con aguas suecas y sirven de puerta de entrada al mar Báltico, fueron muy disputados. Durante la Guerra Fría, Bornholm, en Dinamarca, fue una zona de disputa entre la Unión Soviética y la OTAN. En el siglo XXI estas consideraciones no han desaparecido.
Cuando Suecia y Finlandia se incorporen a la OTAN, añadirán a la Alianza dos zonas vitales del Mar Báltico: las islas Åland y Gotland. Junto con Bornholm, en Dinamarca, estas islas forman una cadena báltica de defensa para la OTAN.
Las islas Åland son un grupo de 6.700 islas finlandesas donde la principal lengua hablada es el sueco. Siempre se las ha considerado uno de los bienes geoestratégicos más importantes del mar Báltico. Durante la guerra de Crimea, Sir Charles Wood, primer lord del almirantazgo británico, dijo: "Esas islas se ciernen sobre Estocolmo tanto como Sebastopol sobre Constantinopla”.(7) Desde el Tratado de París de 1856, que puso fin a la guerra de Crimea, las islas Åland han sido desmilitarizadas y han permanecido neutrales. Para los vencedores, esto se consideró un logro importante de la guerra de Crimea. El primer ministro británico, Lord Palmerston, declaró ante la Cámara de los Comunes en 1856 que la desmilitarización de las islas "colocaba una barrera entre ella (Rusia) y el norte de Europa”. (8)
La Convención de 1921 relativa a la no fortificación y neutralización de las islas Aaland [sic] reafirmó el carácter desmilitarizado y neutral de las islas y otorgó a Finlandia la responsabilidad principal de garantizar este estatus especial. El artículo 7 de la convención establece que "si la neutralidad de la zona se viera amenazada por un ataque repentino contra las islas Aaland [sic] o a través de ellas contra el territorio continental finlandés, Finlandia tomará las medidas necesarias en la zona para detener y rechazar al agresor".(9) Cuando Finlandia se convierta en miembro de la OTAN, las responsabilidades militares y de seguridad de Helsinki para garantizar que las islas permanezcan desmilitarizadas y neutrales también se convertirán, por extensión, en una responsabilidad de la OTAN. Por lo tanto, en tiempos de conflicto armado, la OTAN deberá proporcionar toda la ayuda que Finlandia necesite para garantizar que se mantiene el estatus especial de las islas Åland.
Gotland
La isla sueca de Gotland es algo más pequeña que Guam y está situada a unos 100 km de la costa de Suecia. Está estratégicamente situada a medio camino entre Suecia y Letonia, en medio del mar Báltico. Debido a su ubicación central, existe la preocupación de que las tropas rusas con base en la cercana Kaliningrado intenten ocupar la isla y desplegar plataformas de armamento antiaéreo y antibuques en caso de guerra con la OTAN. Suecia mantuvo una guarnición militar permanente en la isla durante cientos de años hasta 2005, cuando decidió desmilitarizarla como parte de un programa de reducción de las Fuerzas Armadas suecas. Un año después de la invasión rusa de Ucrania en 2014, el Gobierno sueco anunció planes para volver a militarizar la isla.
En la actualidad, alrededor de 400 soldados suecos están estacionados permanentemente en la isla. (10) Estocolmo planea reforzar aún más la defensa de Gotland y asegurarse de que puede reforzar la isla rápida y fácilmente si alguna vez es necesario. La legislación sobre Defensa Total 2020-2021-2025 del gobierno sueco afirmaba, (11) "También es importante mejorar las unidades de Gotland, cuyo núcleo está formado por un batallón mecanizado con recursos de refuerzo". En los últimos años, Gotland también ha sido objeto de maniobras militares dirigidas por Estados Unidos y la OTAN en la región. Por ejemplo, durante el ejercicio anual BALTOPS de 2022, los marines estadounidenses ensayaron operaciones anfibias en Gotland.
Bornholm es una isla danesa situada estratégicamente en la desembocadura del mar Báltico. Recientemente ha sido noticia después de que un sabotaje -probablemente ruso- dañara los gasoductos Nord Stream. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética ocupó brevemente la isla, pero la devolvió a Dinamarca en 1946. En aquel momento, Dinamarca y la Unión Soviética acordaron extraoficialmente que la OTAN no utilizaría la isla, aunque Dinamarca mantuvo allí una presencia militar durante la Guerra Fría. En junio de 2014, Rusia llevó a cabo un ataque simulado contra Bornholm durante un festival político anual con 90.000 asistentes, incluida la mayor parte de la élite política de Dinamarca. (12)
Tras la invasión rusa de Ucrania en 2014, los responsables políticos daneses empezaron a tomarse más en serio la seguridad de la isla. Los responsables políticos estadounidenses también se han percatado de la importancia de la isla. En mayo de 2022, en el marco de las maniobras multinacionales DEFENDER-Europa 22, el ejército estadounidense hizo historia al transportar una batería estadounidense M142 High-Mobility Artillery Rocket Systems (HIMARS) en un C-17 Globemaster III que aterrizó en Bornholm como parte de un "ejercicio de infiltración rápida", (13) la primera vez que se producía una presencia militar estadounidense de este tipo en la isla. Según el ejército estadounidense, el objetivo de los ejercicios era "mostrar el alcance estratégico del sistema de cohetes HIMARS". (14) Como era de esperar, el embajador ruso en Dinamarca, Vladimir Barbin, se quejó y advirtió de que unas maniobras militares de este tipo en Bornholm corrían el riesgo de convertir la isla de un "remanso de paz en una potencial cabeza de puente militar". (15)
Sería muy ingenuo pensar que Rusia no ha tenido en cuenta la importancia de las islas Åland, Gotland y Bornholm, así como de los estrechos daneses, en sus planes de contingencia para el Mar Báltico. La OTAN sería irresponsable si no hiciera lo mismo.
El Factor Kaliningrado, no todos los puntos estratégicos del Mar Báltico forman parte de la OTAN, pues el óblast de Kaliningrado también es importante para la seguridad regional. Kaliningrado es un pequeño enclave ruso a orillas del Mar Báltico que limita con Lituania y Polonia, países miembros de la OTAN. En términos de tamaño, es ligeramente mayor que Connecticut y tiene aproximadamente la misma población que Delaware. Sin embargo, desempeña un papel fundamental en la proyección de poder de Rusia.
Kaliningrado forma parte del Distrito Militar Occidental de Rusia y alberga dos bases aéreas (Chernyakhovsk y Donskoye) y el cuartel general ruso de la Flota del Báltico. Rusia también tiene instalaciones para almacenar armas nucleares tácticas en Kaliningrado, (16) y algunos estrategas militares sospechan que Rusia guarda armas nucleares allí. (17) Antes de la invasión rusa de Ucrania en 2022, Moscú mantenía en Kaliningrado aproximadamente 25.000 soldados y personal de seguridad rusos, cientos de tanques y vehículos blindados, sistemas de defensa antiaérea S-400, misiles de crucero antibuque P-800 y considerables activos aéreos y navales. Desde 2016, Rusia también mantiene misiles balísticos de corto alcance Iskander-M en Kaliningrado. El misil Iskander-M, que se sospecha que tiene un alcance de 310 millas, puede amenazar Gotland y Bornholm con ojivas nucleares o convencionales desde ahí. Sin embargo, según los informes, Rusia ha enviado algunas de sus fuerzas, sistemas de armas y otras plataformas a Ucrania desde que el Kremlin lanzó su invasión en febrero de 2022. (18) En realidad, no existe una evaluación precisa de fuentes abiertas sobre lo que Rusia mantiene actualmente en Kaliningrado.
Kaliningrado es importante para los objetivos geopolíticos de Rusia en el mar Báltico por tres razones:
1. Kaliningrado permite a Rusia proyectar su poder en la región de una forma que no podría hacerlo sin acceso al enclave. Si Moscú quisiera intentar capturar las islas Åland, Gotland o Bornholm, lo haría utilizando Kaliningrado.
2. Kaliningrado es la piedra angular de la estrategia rusa contra el acceso y la denegación del área (A2/AD) en la región del Mar Báltico. Si Rusia tiene el control de Kaliningrado durante un conflicto armado, la capacidad de actuación de la OTAN en la región del Mar Báltico se verá limitada.
3. La posibilidad de que Rusia pueda acceder a Kaliningrado a través de Lituania, miembro de la OTAN y de la Unión Europea, ofrece a Moscú una forma fácil y barata de aumentar las tensiones con Occidente. Por ejemplo, en julio, Rusia acusó falsamente a Lituania de bloquear ilegalmente el tránsito de ciertos artículos hacia Kaliningrado. (19) Además, muchos de los incidentes aéreos que provocan la intervención de los aviones de la OTAN de la Policía Aérea del Báltico implican a aviones rusos que vuelan hacia o desde bases de Kaliningrado.
Recomendaciones
Tras la invasión rusa de Ucrania y con dos Estados que pronto se convertirán en nuevos miembros de la OTAN, la región del Mar Báltico requiere una mayor atención por parte de los líderes de la alianza, que tendrán que desarrollar una nueva estrategia. Estados Unidos debería liderar el camino dentro de la OTAN para preparar a la alianza para hacer frente a estos cambios. EEUU y la OTAN pueden prepararse mejor para las contingencias en la región del Mar Báltico adoptando las siguientes medidas:
- Actualizar y modernizar los planes de contingencia de la OTAN en la región del Mar Báltico. Con la incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza, la realidad geopolítica de la región del Mar Báltico ha cambiado. La OTAN debe actualizar sus planes para la región del Mar Báltico. A Estados Unidos le interesa liderar este proceso.
- Publicar un anexo especial al Concepto Estratégico 2022 de la OTAN. La OTAN publicó su Concepto Estratégico para 2022 en la Cumbre de Madrid, pero Suecia y Finlandia no hicieron ninguna aportación formal porque no eran miembros en ese momento. Cuando ambos se conviertan formalmente en miembros, la OTAN debería trabajar con Estocolmo y Helsinki para publicar un anexo especial a su Concepto Estratégico 2022 que tenga en cuenta la nueva realidad geopolítica de la región del Mar Báltico.
- Considerar el estatus especial de las islas Åland en los planes de la OTAN. No cabe duda de que Rusia tiene en cuenta la importancia y la situación de las islas Åland en sus planes de guerra. El estatus desmilitarizado y neutral de las islas Åland dificulta los planes de contingencia de la OTAN. A la hora de desarrollar su planteamiento respecto a estas islas, la Alianza debería estudiar la forma en que el archipiélago noruego de Svalbard, que comparte algunas similitudes jurídicas con las islas Åland, influye en los planes de defensa de la OTAN. La OTAN también debería trabajar en estrecha consulta con el gobierno finlandés y, cuando sea necesario y apropiado, con el gobierno autónomo de Åland.
- Convocar una reunión especial del Consejo del Atlántico Norte (NAC, por sus siglas en inglés) en Gotland tras la adhesión de Suecia. El NAC es el principal órgano de toma de decisiones dentro de la OTAN. El secretario general preside sus reuniones. Una reunión especial del NAC en Gotland aportaría a la Alianza un conocimiento inmediato de las cuestiones de seguridad del Mar Báltico. Establecer un grupo de combate de presencia avanzada reforzada (EFP) de la OTAN en Finlandia. Tras la Cumbre de la OTAN de 2016 en Varsovia, esta modesta presencia rotativa estadounidense se transformó en la creación de cuatro batallones multinacionales EFP estacionados en Polonia y los países bálticos. (20) En la Cumbre de la OTAN de 2022, la Alianza añadió grupos de combate EFP a Hungría, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia. Cuando Finlandia se incorpore a la OTAN, será otro Estado de primera línea en el flanco oriental y debería albergar un grupo de combate EFP. Como medida de fomento de la confianza, la OTAN debería solicitar la participación de Turquía.
- Liderar los esfuerzos para establecer una misión de Defensa Aérea del Mar Báltico. Aunque la Patrulla Aérea del Báltico ha sido útil para patrullar el espacio aéreo de la región, es necesario hacer más. Con Suecia y Finlandia dentro de la OTAN, y con el aumento de la agresividad rusa, se necesita una misión de Defensa Aérea del Mar Báltico robusta y ampliada. La vigilancia aérea por sí sola ya no es suficiente.
- Animar al Centro Europeo de Excelencia para Contrarrestar las Amenazas Híbridas en Finlandia a recibir la acreditación de la OTAN. Fundado en 2017 para establecer las mejores prácticas para contrarrestar las amenazas híbridas, el Centro Europeo de Excelencia para Contrarrestar las Amenazas Híbridas ya coopera estrechamente con la OTAN. La alianza debería pasar a acreditar el centro para incorporarlo formalmente a la familia existente de los 28 centros de excelencia acreditados de la OTAN. Sería una forma rápida y sencilla de "enarbolar la bandera de la OTAN" en Finlandia tras su adhesión.
- Establecer una presencia militar permanente en los países bálticos. El despliegue de los grupos de combate de rotación de la EFP en la región constituye un buen comienzo, pero la OTAN debería hacer más. La amenaza rusa se mantendrá en el futuro inmediato. La OTAN tiene que demostrar un compromiso duradero con la región estacionando fuerzas armadas de forma permanente en cada uno de los tres países bálticos.
- Incluir Kaliningrado en los planes de contingencia de la OTAN para la región del Mar Báltico. Estados Unidos necesita trabajar con sus aliados de la OTAN para desarrollar una estrategia que haga frente a las capacidades rusas A2/AD en Kaliningrado en caso de conflicto armado. En particular, este esfuerzo requiere una estrecha cooperación y planificación con Polonia. La OTAN no puede llevar a cabo ninguna defensa creíble de la región del Mar Báltico sin neutralizar la amenaza de Kaliningrado.
- Aumentar la presencia marítima en el Mar Báltico. En los últimos meses EEUU ha incrementado su presencia marítima en el Mar Báltico, pero puede hacer más. En virtud de la autoridad concedida en la Convención de Montreux de 1936, Turquía ha bloqueado la entrada de todos los buques de guerra en el Mar Negro a través del Estrecho Turco mientras continúan los combates en Ucrania. El año pasado, la Armada estadounidense pasó un total de 111 días en el Mar Negro.21 Mientras estén en vigor las restricciones de la Convención de Montreux, Estados Unidos y sus aliados deberían desviar al Mar Báltico los medios marítimos que normalmente se habrían desplegado en el Mar Negro.
- Establecer una Fuerza Rotativa del Cuerpo de Marines de EE.UU. en el Mar Báltico. Hasta la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, el Cuerpo de Marines de EE.UU. operaba una Fuerza Rotativa en el Mar Negro que consiste en una fuerza especial aire-tierra de los Marines (SPMAGTF). Ahora que la Fuerza Rotativa del Mar Negro no puede operar en el Mar Negro debido a las restricciones de la Convención de Montreux, EE.UU. debería considerar el establecimiento de una fuerza operativa similar para la región del Mar Báltico. Una fuerza de este tipo ofrecería más oportunidades de adiestramiento militar conjunto a los aliados de la región del Mar Báltico.
- Convertir en norma los ejercicios de refuerzo a gran escala en la región del Mar Báltico. Estados Unidos y Canadá necesitan tener la capacidad de reforzar Europa rápidamente. Los países de Europa Occidental y Meridional también deberían poder desplegar fuerzas rápidamente en Europa Oriental y Septentrional. Por ejemplo, la distancia en línea recta entre Portugal y el norte de Finlandia es de más de 2.500 millas. Transportar fuerzas rápidamente a través de esta distancia no es tarea fácil. Durante la guerra fría EEUU realizaba anualmente un ejercicio militar denominado Operación Reforger (Retorno de las Fuerzas a Alemania). La OTAN debería considerar la posibilidad de realizar ejercicios regulares centrados en la defensa y refuerzo de la región del Mar Báltico.
- Considerar el papel de Bielorrusia en la seguridad regional. Desde que unas elecciones fraudulentas en agosto de 2020 le mantuvieron en el poder, el líder de facto de Bielorrusia, el Presidente Aleksandr Lukashenko, nunca ha estado tan cerca del Kremlin. Bielorrusia desempeñó un papel importante a la hora de permitir la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, y las unidades rusas que invadieron desde Bielorrusia cometieron muchas de las peores atrocidades contra la población civil ucraniana. En caso de una intervención militar rusa contra un miembro de la OTAN, Estados Unidos debería dejar claro que no haría la vista gorda ante cualquier apoyo bielorruso prestado a Rusia. La OTAN debería desarrollar planes militares en consecuencia, especialmente en lo relativo al papel que se espera que desempeñe la ciudad bielorrusa de Grodno, situada cerca del Paso de Suwalki, en caso de conflicto en los países bálticos.
- Aprovechar la relación especial entre EEUU y el Reino Unido en la región del Báltico. Estados Unidos y el Reino Unido son actores más eficaces en la seguridad transatlántica cuando trabajan juntos. Por razones históricas, el Reino Unido mantiene relaciones muy estrechas con los países bálticos, especialmente con Estonia y Letonia. A través de su participación en el Grupo Norte, el Reino Unido también tiene una mayor presencia de seguridad en la región del Mar Báltico debido a la Fuerza Expedicionaria Conjunta.22 Estados Unidos debería trabajar con el Reino Unido para identificar áreas de mayor cooperación en materia de defensa y seguridad en la región del Mar Báltico.
Conclusión
La incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN reforzará la seguridad transatlántica al añadir dos miembros que tienen la voluntad política y las capacidades militares necesarias para contribuir a la seguridad y estabilidad de la región del Mar Báltico. Su integración en la OTAN disuadirá a Rusia y reducirá la probabilidad de futuros conflictos en la región del Báltico. Sin embargo, como demuestra la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, no puede descartarse ninguna posible acción por parte de Moscú.
Defender los Estados bálticos y disuadir la agresión rusa será mucho más fácil y barato que liberarlos. Con Suecia y Finlandia en la OTAN, la defensa de los países bálticos y la seguridad en toda la región del mar Báltico mejorarán considerablemente. Sin embargo, la Alianza no puede vacilar ni dormirse en sus laureles. Los planes de contingencia de la OTAN deben evolucionar continuamente según cambie la situación de seguridad o se incorporen nuevos miembros a la Alianza. Ahora es el momento de poner en orden los planes de la OTAN para la región báltica.
First published in :
Hudson Institute
Luke Coffey es investigador principal del Instituto Hudson. Su trabajo analiza seguridad nacional y política exterior, con especial atención a Europa, Eurasia, la OTAN y las relaciones transatlánticas.
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