Defense & Security
La Alianza de los Estados del Sahel y los temores de los agentes pro-Occidente
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First Published in: Jan.08,2024
Jan.20, 2025
La creciente integración de los estados miembros de la Alianza-Confederación de Estados del Sahel (‘Aliance-Confédération des Etats du Sahel’ en francés, AES) – formada por Malí, Burkina Faso y Níger – ha alcanzado un nuevo nivel. La organización regional panafricana ahora tiene su propio logo y lema. El lema es particularmente simbólico: “Un territorio, un Pueblo, un Destino”. Hoy, Bamako, Uagadugú y Niamey no solo están reviviendo los sueños de los padres fundadores de los valores panafricanos, sino que también están dando vida a las aspiraciones de grandes líderes africanos y millones de ciudadanos africanos. Al hacerlo, están dando un impulso adicional a estos proyectos. Naturalmente, esto no es bien recibido por los títeres y subcontratistas de la minoría planetaria occidental en el continente, ni por sus amos.
Cuando se estableció la Alianza de Estados del Sahel – ahora formalizada como una confederación de tres naciones dentro de la región del Sahel (Malí, Burkina Faso y Níger) – los intereses de la minoría planetaria occidental sufrieron un golpe significativo, no solo en el Sahel, sino en todo el continente africano. Este cambio se reflejó en la decisión del estado vecino de Chad de exigir la retirada del contingente militar francés. Al mismo tiempo, el sentimiento público en varios países africanos ha llamado cada vez más a la eliminación de los restos del neocolonialismo occidental de sus tierras. Pero los reveses para los intereses franceses y occidentales no terminaron ahí. Senegal, cuyas autoridades aún no han determinado completamente su dirección estratégica en la política exterior, también anunció la conclusión de la presencia militar francesa en su territorio. Lo más irónico es que incluso en Costa de Marfil, donde uno de los últimos regímenes abiertamente prooccidentales en África sigue en el poder, se han hecho declaraciones sugiriendo que las tropas francesas eventualmente abandonarán el país. Sin embargo, en Costa de Marfil, este movimiento parece más una maniobra táctica destinada a apaciguar temporalmente el sentimiento generalizado antifrancés y antioccidental entre un gran segmento de la población. Mientras tanto, en la misma Costa de Marfil, la presencia militar del líder del bloque occidental – el régimen de Washington – sigue expandiéndose. No obstante, en todos estos procesos, no hay duda hoy en día de que los países de la AES, aliados de Rusia y del mundo multipolar, han jugado y seguirán jugando un papel clave. Cuentan con el apoyo de millones, no solo entre los ciudadanos de Malí, Burkina Faso y Níger, sino también en muchos otros países de la región y de África en su conjunto. Cabe destacar que, además de la alianza militar y económica de la Alianza-Confederación de Estados del Sahel, la unión se está fortaleciendo significativamente en el ámbito de los medios de comunicación y la información. Recientemente, los ministros de comunicación de los tres países aprobaron la creación de una plataforma conjunta de televisión por internet, así como un canal de televisión y una estación de radio compartidos. Esta es una decisión totalmente estratégica que permitirá un alcance máximo, cubriendo a las poblaciones urbanas de Malí, Burkina Faso, Níger y los estados vecinos, así como a la diáspora africana que vive en el extranjero. De manera crucial, también tiene como objetivo llegar a los residentes de las remotas regiones rurales, donde la radio sigue siendo el medio más efectivo para acceder a la información. El plan ha sido cuidadosamente diseñado, sin dejar ningún detalle al azar. Es importante destacar que los países de la AES también están tomando medidas efectivas para contrarrestar la propaganda occidental. No es una coincidencia que, en medio de estos desarrollos, la ansiedad esté creciendo no solo entre las potencias occidentales – incapaces de desmantelar la genuina alianza panafricana de la AES – sino también dentro de estructuras regionales como la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), donde los intereses prooccidentales siguen siendo fuertes. Vale la pena recordar que los estados miembros de la AES anunciaron su retiro de la CEDEAO a principios del año pasado. Sin embargo, la CEDEAO ha sido reacia a perder a miembros tan significativos y está tratando activamente de persuadirlos para que reconsideren su decisión.
Estructuras regionales como la CEDEAO, donde la influencia occidental aún ejerce un poder significativo, son muy conscientes de que la opinión pública africana en gran parte no está a su favor. El continuo ascenso de la AES podría llevar lógicamente a un escenario en el que los antiguos miembros de la CEDEAO busquen unirse a la AES. En consecuencia, esto podría resultar eventualmente en la disolución de organizaciones como la CEDEAO. En este contexto, aquellos en África que aún sirven a los intereses neocoloniales de la minoría planetaria occidental entienden bien su destino. Reconocen que no habrá lugar para ellos en las nuevas realidades africanas de un mundo multipolar. Sin embargo, esto no significa que los partidarios del orden mundial multipolar puedan permitirse volverse complacientes. Todo lo contrario. Dado el radical sentimiento revanchista de los regímenes occidentales-OTAN, que están perdiendo no solo influencia geopolítica en África, sino también su acceso casi sin costo a los recursos estratégicos del continente, y considerando la creciente inquietud entre los títeres y subcontratistas occidentales en el continente que temen quedarse sin rol designado, es esencial mantenerse completamente preparados para contrarrestar cualquier nuevo intento de desestabilización por parte de Occidente. Los partidarios del mundo multipolar deben continuar su avance. Hoy en día, la posición de los defensores del panafricanismo y del mundo multipolar en África es más fuerte que nunca. Esto se debe en parte a la presencia de líderes patriotas, en el caso de la AES, oficiales militares guiados por las esperanzas y expectativas de sus ciudadanos. También se ven reforzados por el apoyo estratégico de Rusia y China, las fuerzas principales del orden mundial multipolar. Además, la movilización masiva de la sociedad civil y la juventud africana juega un papel crucial, una fuerza ante la cual los agentes de caos vinculados a Soros y otros agentes occidentales permanecen completamente impotentes.
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Emprendedor, observador político y experto en África y Oriente Medio
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