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Diplomacy

Más que un acuerdo sobre el clima: El tratado de la Unión Falepili Australia-Tuvalu y la posible contribución de la UE al Pacífico

Ministro de Relaciones Exteriores de Australia Penny Wong y miembro del Parlamento de Tuvalu Kausea Natano

Image Source : Wikimedia Commons

by European Council On Foreign Relations

First Published in: Dec.06,2023

Dec.27, 2023

El tratado de la Unión Falepili da prioridad a las preocupaciones urgentes de Tuvalu sobre el cambio climático. A medida que la UE trata de profundizar en sus relaciones con los socios del Indo-Pacífico, debe adaptar sus ofertas a las prioridades regionales 

 

A principios de noviembre, al margen del Foro de las Islas del Pacífico celebrado en las Islas Cook, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y Kausea Natano, su homólogo de Tuvalu, archipiélago polinesio, anunciaron que elevarían su relación bilateral a una asociación más integrada conocida como Unión Falepili. En virtud del tratado de la Unión Falepili, Australia se compromete a garantizar la seguridad de Tuvalu, incluso mediante un régimen especial de visados para que los ciudadanos de Tuvalu emigren a Australia, así como aumentando su ayuda al desarrollo y su apoyo a los esfuerzos de adaptación climática de Tuvalu. A cambio, Tuvalu acordará con Australia cualquier asociación en materia de seguridad y defensa que concluya con otros Estados. Ambos países se comprometen también a proteger y promover la seguridad y soberanía colectivas del otro.

 

Para Australia, la asociación es una forma de ayudar a alejar a Tuvalu de la creciente influencia de China en el Indo-Pacífico. Las asociaciones en materia de seguridad y defensa incluyen las relativas a policía, protección de fronteras, ciberseguridad e infraestructuras críticas (como puertos, telecomunicaciones e infraestructuras energéticas). Natano ha restado importancia a la obligación de Tuvalu de consultar a Australia sobre sus asociaciones, afirmando que el tratado sólo exige que su país se dirija primero a Australia en cuestiones militares, pero la cláusula otorga a Australia poder de veto sobre cualquier acuerdo de seguridad que Tuvalu se vea tentada a concluir con otras naciones.

 

A pesar de la distancia, el tratado de la Unión Falepili no pasó desapercibido en Europa. Los funcionarios europeos se han centrado en la importancia del acuerdo en el contexto de la crisis climática, argumentando que pone de relieve la necesidad de que todos los países reduzcan drásticamente las emisiones de carbono. En los medios de comunicación se ha hablado a veces del tratado como una victoria estratégica de Australia sobre China, aunque se ha prestado poca o ninguna atención a las disposiciones de seguridad reales. Pero la asociación encierra importantes lecciones sobre cómo relacionarse con socios potenciales en el Indo-Pacífico.

Tuvalu es un archipiélago de nueve islas bajas con una altitud de apenas 4,5 metros sobre el nivel del mar. Para Tuvalu, al igual que para otros países del Pacífico Sur, el cambio climático, y no China, constituye una amenaza existencial. La Unión Falepili ilustra la brecha fundamental entre la percepción de las amenazas de los grandes países del Indo-Pacífico, como Australia, cuyas preocupaciones son principalmente estratégicas, y las de los más pequeños y vulnerables, como la mayoría de las islas del Pacífico Sur. Estos países operan a un nivel subestratégico, siendo su ubicación su única baza estratégica real, pero que los países más grandes no pueden ignorar. 

 

El tratado de la Unión Falepili responde a la vulnerabilidad de Tuvalu ante los efectos del cambio climático. No es el primer programa que facilita la movilidad en el Pacífico. La categoría de visado "Pacific Access" de Nueva Zelanda y el visado de residente con cuota de Samoa permiten a 2.400 personas trasladarse del Pacífico a Nueva Zelanda de forma permanente cada año. Estados Unidos ofrece posibilidades similares a los ciudadanos elegibles de las Islas Marshall, los Estados Federados de Micronesia y Palaos para vivir y trabajar en Estados Unidos indefinidamente. Sin embargo, el tratado de la Unión Falepili es el primer acuerdo que vincula explícitamente la movilidad al cambio climático, permitiendo la migración en previsión de catástrofes relacionadas con el clima. También pretende ayudar a Australia a estrechar sus lazos con otros países del Pacífico, suavizando la crítica de que debería adoptar medidas climáticas más enérgicas.

 

De momento, la respuesta de los países del Pacífico ha sido positiva. Como era de esperar, Estados Unidos, Nueva Zelanda e incluso Taiwán han expresado su apoyo a la iniciativa. Pero la Unión Falepili también ha sido respaldada públicamente por el primer ministro de las Islas Cook, Mark Brown, y, lo que quizá resulte más sorprendente, por el ministro de Asuntos Exteriores de las Islas Salomón, Jeremiah Manele, cuyo país firmó una polémica asociación de seguridad con China en 2022. En los círculos diplomáticos también se ha especulado con la posibilidad de que Kiribati y Nauru firmen acuerdos similares con Australia en el futuro, y la ministra de Asuntos Exteriores australiana, Penny Wong, declaró que la Unión Falepili "es una señal de cómo estamos dispuestos a enfocar nuestra pertenencia a la familia del Pacífico". Sin embargo, Taneti Maamau, Presidente de Kiribati, no se ha pronunciado hasta ahora sobre la posibilidad de concluir un tratado similar, afirmando que Kiribati tiene sus "propias estrategias y [sus] propias iniciativas". Ninguna isla del Pacífico quiere verse arrastrada a una rivalidad entre grandes potencias que implique a China, ni verse coaccionada en modo alguno por los adversarios de Pekín.

 

El tratado ilustra que la lucha con China por la influencia en el Indo-Pacífico no sólo tiene que ver con el poder militar, sino también con la capacidad de calmar las ansiedades de los Estados del Pacífico respecto a su propia supervivencia y futuro. Así pues, la Unión Falepili debería inspirar a los europeos para que adapten sus asociaciones a las necesidades e intereses de los países de la región y les hagan ofertas atractivas de cooperación. A medida que Europa busque formas de profundizar sus asociaciones en la región, descubrirá que muchas de las prioridades de los pequeños Estados insulares coinciden con los objetivos europeos. Así pues, tendría sentido estratégico que la Unión Europea diera prioridad a los proyectos de adaptación climática, que también tienen la ventaja de permitir la transferencia de conocimientos hacia y desde Europa. Para alcanzar estos objetivos, puede recurrir a la estrategia de la UE para la cooperación en el Indo-Pacífico y a la Alianza Verde-Azul UE-Pacífico, financiada a través del Portal Global.

 

Además del apoyo destinado a hacer frente a los efectos del cambio climático en las naciones insulares, la UE también puede contribuir al desarrollo de las capacidades de vigilancia, control y aplicación de la ley. Las naciones insulares del Pacífico Sur tienen capacidades limitadas en estos campos, que son cruciales para garantizar su seguridad marítima. La decisión de la UE de ampliar CRIMARIO, una iniciativa financiada por la UE para ayudar a los socios a gobernar mejor sus espacios marítimos mejorando el conocimiento del dominio marítimo mediante iniciativas de intercambio de información, desarrollo de capacidades y formación, es un ejemplo de lo que la UE puede proponer. Las capacidades técnicas y financieras ofrecerían a los Estados insulares del Pacífico Sur opciones adicionales para elegir a sus socios y aliviar la presión resultante de verse atrapados en la rivalidad entre grandes potencias.

 

Este enfoque también permitiría a la UE promover las "asociaciones multilaterales inclusivas y eficaces" que constituyen el núcleo de su estrategia Indo-Pacífica. Ninguna de estas medidas aporta garantías absolutas contra una presencia china cada vez mayor y potencialmente hostil en la región, pero contribuyen a reducir el espacio estratégico y político en el que puede operar Pekín.


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European Council On Foreign Relations

Manisha Reuter es la gerente del programa de Asia. Trabaja en las relaciones entre India y la Unión Europea, las relaciones entre China e India y la seguridad marítima en el Indo-Pacífico. Al unirse a ECFR en agosto de 2020, Reuter trabajó para el Programa de Asia de la Fundación German Marshall Fund of the United States. Además, ha adquirido experiencia profesional trabajando para el Programa de Becarios de la Fundación Bosch, así como en el proyecto financiado por el Consejo de Investigación Alemán (DFG) "¿Una variante de capitalismo BRICS? Desafíos para la estabilidad del modelo económico de países emergentes más grandes, un estudio de caso de Brasil e India".

 

Reuter tiene una licenciatura en ciencias políticas y psicología empresarial de la Universidad de Lüneburg, Alemania, y la Universidad Bautista de Hong Kong, China, así como una maestría en Estudios Internacionales / Estudios de Paz y Conflicto de la Universidad de Frankfurt am Main, Alemania.

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