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Diplomacy

¿Un Momento Decisivo para la Integración de la UE?

Los líderes posan para una fotografía de grupo antes de la reunión informal UE-Balcanes Occidentales en la sede de la UE en Bruselas, Bélgica

Image Source : Shutterstock

by Bojan Stojkovski

First Published in: Jun.21,2022

Apr.12, 2023

Un posible estatus de candidato para el ingreso a la Unión Europea para Ucrania y Moldavia también podría reavivar la esperanza del aceleramiento de los procesos interrumpidos en cuanto a la integración europea de una región que Bruselas ha dejado en el olvido: los Balcanes Occidentales. 

 

Actualmente, hay cuatro países candidatos en la región (Serbia, Montenegro, Macedonia del Norte, y Albania) y dos candidatos potenciales (Kosovo y Bosnia y Herzegovina) que aún no reciben este estatus.

 

De los seis pequeños países, solo Serbia y Montenegro comenzaron el proceso de negociación en 2014 y 2012, respectivamente. Sin embargo, muy poco se ha avanzado desde entonces, y los dos países siguen lejos de completar el proceso de adhesión a la UE.

 

Con la guerra en Ucrania cambiando cómo percibimos las alianzas globales y su importancia para los países pequeños, se ha avivado el debate sobre si estos acontecimientos llevarán a un nuevo orden europeo o a una nueva Guerra Fría. El contexto global de la crisis también realza la necesidad de explorar respuestas más creativas, más comprometidas, y más estratégicas a la diplomacia internacional. Recientemente, tres de los países Balcanes Occidentales (Albania, Montenegro, y Macedonia del Norte) también expresaron su apoyo a que Ucrania se vuelva un miembro de la UE mientras mantienen su propio camino hacia la Unión.

 

Un camino lleno de obstáculos hacia la integración de la UE.

 

Luego de negociar por ocho años, Serbia ha abierto 18 capítulos de 35 en total, cerrando solo dos provisionalmente. A pesar de que su país vecino Montenegro ha abierto todos los capítulos, aún le falta progresar en capítulos como el Capítulo 23, el cual cubre los derechos judiciales, y el Capítulo 24, que cubre la lucha contra el crimen organizado y la corrupción.

 

La travesía europea de Macedonia del Norte ha sido incluso más dolorosa y llena de obstáculos. Como país candidato desde el 2005, el antiguo país yugoslavo tuvo que soportar años siendo vetado por su gran vecino del sur, Grecia, por una disputa de nomenclatura que duró casi tres décadas, dado que este país también tiene una región geográfica llamada “Macedonia”.

 

Luego de que se resolviera la disputa con Grecia en 2019, y el país cambiara su nombre a Macedonia del Norte para marcar una distinción geográfica e histórica, Skopie parecía decidida a continuar su proyecto europeo.

 

Sin embargo, en el segundo semestre del 2019, fue Francia quien expresó objeciones acerca de cómo se estaba llevando a cabo todo el proceso de negociaciones. Citando la necesidad de un “proceso de expansión reformado”, París impidió que tanto Macedonia del Norte como Albania, un país candidato desde 2014, comenzaran las anticipadas negociaciones para unirse a la UE.

 

Mientras que un plan de expansión renovado al año siguiente pareció satisfacer las exigencias de París, y finalmente puso a Macedonia del Norte y a Albania en el camino correcto para comenzar las negociaciones de adhesión, nuevamente se desencadenó un desastre. Esta vez, otro de los vecinos de Macedonia del Norte, Bulgaria, trajo a la mesa su propia disputa bilateral. Ambos países también firmaron el llamado “Tratado de Amistad” en 2017, el cual también implicó que Sofia tampoco impediría la integración europea de Skopie.

 

Sin embargo, esto no impidió que Bulgaria bloqueara el proceso por los últimos dos años por lo que se percibió como una “disputa de historia e identidad” con su pequeño vecino. Bulgaria clama que el idioma macedonio no es para nada un idioma separado, sino que es de hecho un dialecto regional del idioma búlgaro, y que ambos países comparten también una “historia común”, algo que Skopie niega.

 

Esto resultó en el retraso del proceso una vez más, y dejó a Macedonia del Norte y Albania al margen una vez más, agonizando a la espera de la luz verde para empezar las negociaciones con la Unión Europea.

 

Aparte de la disputa histórica, Bulgaria también quiere que Macedonia del Norte abra su constitución e incluya en ella a los búlgaros, así como que encuentre una manera para detener la incitación al odio en contra de la comunidad búlgara en el país. De acuerdo con las autoridades búlgaras, la inclusión de la comunidad búlgara en la constitución garantizaría los mismos derechos que tienen otras minorías étnicas en el país.

 

Una perspectiva para el desarrollo económico y la democratización

 

Mientras que por los momentos, Skopie y Sofia están lejos de encontrar una solución para su disputa, han habido esfuerzos por parte de Francia que pondrían las demandas búlgaras en el marco de negociación de la UE con Macedonia del Norte y, de esa manera, evitarían el veto actual.

 

Una posible solución para esta disputa también facilitaría el camino y aceleraría el proceso de integración en los Balcanes Occidentales, especialmente en medio de acontecimientos como la guerra en Ucrania.

 

La mitad de los seis Balcanes Occidentales (Macedonia del Norte, Albania, y Montenegro) ya son parte de la OTAN y, por lo tanto, podrían convertirse potencialmente en un problema a los ojos de Rusia. Una adhesión acelerada a la Unión Europea les daría, sin duda alguna, las garantías necesarias para su futuro.

 

Recordemos cómo Rusia y China ya hicieron sentir su presencia en los países balcánicos durante la crisis del COVID-19 cuando lograron proporcionarle a estos países vacunas contra el COVID-19 antes de que la UE pudiera hacerlo.

 

También es importante tener en cuenta la transición poscomunista que ha afectado la economía de cada uno de estos países en los últimos 30 años. Al tener finalmente una clara perspectiva europea, algo que ha estado ausente durante la década pasada, pueden ofrecerle a sus ciudadanos algo más tangible que las promesas hechas por varias élites políticas locales.

 

Es aquí que la UE podría ofrecerle a los países Balcanes Occidentales algo que Rusia o China no pueden: una perspectiva para el desarrollo económico y la democratización de sus sociedades. 

 

Tener el compromiso claro de Bruselas en su integración europea enviaría un mensaje a los países como Rusia y China, los cuales están buscando tener una influencia significativa en la región: la Unión Europea está lista para levantarse y apoyar a sus aliados sin importar su tamaño, y que ellos ya no podrán ser intimidados por aquellos más grandes y “supuestamente” más poderosos.


First published in :

IPS journal

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Bojan Stojkovski

Bojan Stojkovski es un periodista independiente con sede en Skopje (Macedonia del Norte) que lleva más de una década cubriendo temas de política exterior y tecnología en los Balcanes. Ha publicado artículos en Foreign Policy, ZDNet y Nature. 

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