Diplomacy
Estados Unidos – Europa: nuestro caminos se están separando

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First Published in: Feb.13,2025
Mar.03, 2025
Era de esperarse, y estábamos mal preparados para ello, la llamada telefónica de Donald Trump a Vladimir Putin sin duda ha terminado 75 años de relaciones transatlánticas. Nosotros, los franceses, habíamos advertido desde hace tiempo que nuestros intereses de seguridad con Estados Unidos no siempre estaban alineados y que estas diferencias podían dar lugar a serias disputas. Estuvo el Canal de Suez en 1956, estuvo Irak en 2003, y estuvo, en un sentido más moderado, la postura descerebrada de Macron ante una disputa derivada de las acciones de Turquía en Siria en 2019. Desde ahora, el 12 de febrero de 2025 marcará un antes y un después. Pero hoy, la situación es más grave porque está en juego la seguridad europea misma, la seguridad que constituye el corazón de la existencia de la alianza atlántica. Se puede entender que la guerra en Ucrania es insostenible y que se debe encontrar una solución para detenerla. Se puede entender que la adhesión de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una línea roja para Rusia. También se puede entender que los Estados Unidos quieren que los europeos asuman una parte más significativa de la carga de su defensa. Sin embargo, el problema es que Estados Unidos hizo de la membresía de Ucrania en la OTAN un objetivo de la alianza atlántica en la cumbre de la OTAN en Bucarest en 2008, en contra del consejo de Francia y Alemania en ese momento, empeorando así una relación con Rusia que ya se encontraba en deterioro. El problema también es que Trump quiere negociar la paz entre Ucrania y Rusia sin invitar a la Unión Europea y a otros países europeos a la mesa de negociación, mientras la seguridad de Europa está en juego. El riesgo ahora es claro: una forma de acuerdo bilateral entre Estados Unidos y Rusia, que beneficie los intereses de ambos países, podría dejar a Ucrania gravemente debilitada y como presa fácil para Moscú, debilitando en consecuencia a otros países europeos. Como premio de consolación, tendremos que asegurar la seguridad convencional de Europa, tal como lo anunció el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, a los europeos en la apertura de la reunión ministerial de la OTAN celebrada en Bruselas el 12–13 de febrero de 2025. Esta situación pondrá a los europeos en un terrible dilema: - O bien no desean dar garantías de seguridad a Ucrania y se desacreditan completamente ante ojos de potencias como Estados Unidos, Rusia y China, ya que los europeos habrán demostrado que son incapaces de defender el continente, mientras también crean un riesgo significativo a largo plazo para la seguridad de Europa. - O bien, ofrecen garantías de seguridad a Ucrania, aceptando el costo de una carga financiera que afectará la competitividad de la Unión Europea a largo plazo. A la luz de esta situación, algunos abogan por el establecimiento de un pilar europeo dentro de la OTAN. Sin embargo, esta solución parece obsoleta dado el nuevo contexto. Si se considera que Estados Unidos está negociando la paz en Europa sin y en contra de los europeos, y que ya no desean defender Europa con medios militares convencionales (¿respetarán el Proceso de Planificación de Defensa de la OTAN?), es mejor que los europeos asuman plenamente la seguridad de Europa. Esto implicaría tomar el control de la OTAN: los europeos deben discutir rápidamente esta opción y comunicar su decisión al Secretario General Mark Rutte. Además, será más fácil hacer que la OTAN y la Unión Europea trabajen juntas con una organización más europeizada.
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