Diplomacy
La sombra de Irán en América del Sur: la política exterior del régimen de los ayatolás en la región
Image Source : Wikimedia Commons
Subscribe to our weekly newsletters for free
If you want to subscribe to World & New World Newsletter, please enter
your e-mail
Diplomacy
Image Source : Wikimedia Commons
First Published in: Apr.21,2024
May.27, 2024
Los acontecimientos en Oriente Medio tienen a la comunidad internacional en estado de alerta. Irán entendió el ataque del 1 de abril al consulado de Irán en Damasco como un golpe a su propio territorio y una violación de su soberanía. Tras varios días de amenazas, el pasado 13 de abril y durante cinco horas, Irán empleó 300 proyectiles (170 drones, más de 30 misiles de crucero y 120 misiles balísticos) para atacar territorio israelí, un 99 % de los cuales fueron interceptados. Estos movimientos en el escenario geopolítico pueden hacerse sentir en regiones geográficamente distantes como Latinoamérica. Para interpretar este nuevo escenario, hay que entender cómo se posiciona Irán actualmente en esta región. Su aproximación con la región se centra en crear lazos con Estados que puedan ser simpatizantes ideológicos. Lo demuestra la relación con Cuba desde el fin de la primera guerra del Golfo, la estrecha relación con Venezuela, la cercanía con la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua y con Bolivia desde el mandato de Evo Morales. Irán ha visto los cambios hacia la izquierda en Latinoamérica como una oportunidad para adquirir nuevos socios comerciales, aumentar su influencia en la región y hacerse un espacio cada vez más importante en el patio trasero de Estados Unidos. El actual ministro de Defensa iraní, Mohammad Reza Ashtiani, destacó que “los países de América del Sur tienen un lugar especial en la política exterior y de defensa de Irán debido a que se ubican en una zona muy sensible”. En este sentido, podemos destacar dos países clave: Bolivia y Venezuela.
Bolivia representa el mayor éxito en materia de política exterior iraní en Latinoamérica. Las relaciones diplomáticas entre estos dos Estados se remontan a 2007. Con menos de veinte años de amistad, ambos firmaron en julio de 2023 un memorando de cooperación bilateral de seguridad y defensa que puede suponer una amenaza para la estabilidad en la región. El acuerdo está dirigido a ayudar a Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y a apoyar al estado en la vigilancia de sus fronteras. El pacto incluye la venta de material y entrenamiento de personal militar. No obstante, los detalles del acuerdo no se dieron a conocer por encontrarse protegidos por una cláusula de confidencialidad. El ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo, calificó a Irán como un ejemplo científico, tecnológico, de seguridad y defensa “para las naciones que quieren ser libres”, a pesar de las sanciones internacionales vigentes. El acuerdo supone beneficios para ambas partes. Bolivia recibirá armamento, mejorará sus capacidades de ciberoperaciones y capacitación del personal de las fuerzas militares. Por su parte, Irán contaría con acceso a los recursos naturales de Bolivia, entre los que destacan el litio y el gas. También se situaría en una posición estratégica en el corazón de América del Sur, donde su proxy, Hezbolá, tiene actividades en la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) y relación con los distintos carteles que operan en la región, según un informe del Wilson Center. Este mismo informe señala que la zona de la Triple Frontera ha sido durante décadas el centro de la actividad iraní y de Hezbolá en América Latina, aprovechando las grandes comunidades libanesas y chiítas de la diáspora. Según el fallecido fiscal especial argentino Alberto Nisman, Hezbolá estableció su presencia en América Latina a mediados de los años 1980, comenzando en la zona de la Triple Frontera, una región relativamente sin ley.
Dos días antes del ataque iraní a Israel, la Cámara Federal de Casación Penal de Argentina, el máximo tribunal penal del país, condenó a Irán por los atentados sufridos en Argentina en 1992 contra la embajada de Israel en Buenos Aires y en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA). Este fallo acredita que los atentados, ejecutados por el grupo terrorista Hezbolá, se cometieron a instancias del gobierno de dicha teocracia. Tras el juicio en ausencia, se ratificó que aquellos atentados constituyen un delito de lesa humanidad. Ello implica que los delitos cometidos son considerados imprescriptibles y la sentencia describe a Irán como un Estado terrorista. Una serie de eventos ha dado lugar a tres décadas de impunidad. Los escándalos que llevaron a prisión al juez y los fiscales de la causa, la presentación de notificaciones rojas de Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal) contra cinco exfuncionarios iraníes y la investigación contra dos exmandatarios, Carlos Menem (1989-99) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-15), torpedearon el proceso. Estos hechos, así como la muerte en extrañas circunstancias del fiscal especial para la causa AMIA, Alberto Nisman, horas antes de presentar evidencias claves ante el Congreso en 2015, explican la demora de la sentencia condenatoria a Irán.
En noviembre de 2023, la policía federal de Brasil en colaboración con el Mossad y el FBI llevó a cabo la Operación Trapiche, que permitió la aprehensión de tres ciudadanos brasileños. También se emitió orden de detención internacional contra Mohamad Khir Abdulmajid (sirio) y Haissam Houssim Diab (libanés), acusados de reclutar para Hezbolá en Brasil con fines terroristas. La Operación Trapiche se llevó a cabo en el marco del combate contra el contrabando de cigarrillos electrónicos en la Triple Frontera. Las ganancias de este comercio fraudulento eran destinadas a financiar actividades ilícitas del Componente de Asuntos Comerciales de la Organización de Seguridad Exterior de Hezbolá. Tras los acontecimientos en Medio Oriente de las últimas dos semanas y el apoyo total de Argentina a Israel, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, ha mostrado su preocupación por la seguridad en la frontera con Bolivia y ha denunciado la presencia en este país de 700 miembros iraníes de las fuerzas Quds, una división de la Guardia Revolucionaria Islámica. Bullrich considera que Argentina podría ser objeto de represalias por parte de Irán. Las causas de este temor incluyen el reciente fallo que condenó a Irán como Estado terrorista por la causa AMIA y el anuncio por parte del presidente, Javier Milei, de la decisión de trasladar la embajada argentina desde Tel Aviv a Jerusalén. Sin olvidar la compra de 26 aviones F16 supersónicos a Dinamarca, así como la petición a la OTAN de que sume a Argentina como “socio global de la organización”.
Las relaciones bilaterales entre Venezuela e Irán se han fortificado a través de una serie de acuerdos puestos en marcha en los últimos años en respuesta a las sanciones económicas que enfrentan ambos Estados. Durante la visita del presidente iraní, Ebrahim Raisi, a Caracas en junio de 2023 se firmaron 25 acuerdos económicos por un valor aproximado de 3,000 millones de dólares. Los detalles no fueron revelados. Un año antes, en junio de 2022, se estableció un acuerdo de cooperación para los próximos 20 años que abarca los sectores de la ciencia, la tecnología, la agricultura, el petróleo y el gas, la petroquímica, el turismo y la cultura. En el mismo año, Irán firmó un contrato por 110 millones de euros para reparar y reactivar la refinería El Palito, ubicada en el estado de Carabobo y cuya producción asciende a 146,000 barriles diarios. Así, a pesar de las duras sanciones económicas, la puesta en marcha de “refinerías extraterritoriales” aumenta la dependencia de Venezuela (también bajo sanciones económicas) del crudo y la experiencia petrolífera iraní. En lo que respecta al sector armamentístico, mientras se firmaba el memorando de cooperación con Bolivia llegaba a las costas venezolanas un carguero iraní fletado presuntamente para entregar vehículos al régimen de Maduro. Unos días después se exhibieron naves de ataque rápido y misiles antibuque iraníes en las celebraciones del bicentenario de la Armada Venezolana. Con ello, Irán ha hecho posible que Venezuela se convierta en el primer país latinoamericano en contar con esta tecnología. A las puertas de las elecciones presidenciales en Venezuela previstas para julio, el régimen iraní ha respaldado la persecución e inhabilitación de los opositores del régimen de Maduro en detrimento del Acuerdo de Barbados. En efecto, a Irán le interesa que se mantenga el statu quo en Venezuela, cuyo régimen apoya públicamente a los grupos terroristas vinculados con el régimen de los ayatolás. En definitiva, el interés iraní por el mantenimiento y establecimiento de estrechas relaciones de cooperación en Latinoamérica busca crear lazos de dependencia con las naciones afines al régimen. Mientras la comunidad internacional se encuentra en alerta por la situación en Medio Oriente, Irán, que ha ido ganando terreno en la región a través de alianzas con aquellos gobiernos donde la influencia de Estados Unidos no es deseada, observa atenta la toma de postura de los países latinoamericanos.
First published in :
Candidata a Doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Navarra. Licenciada en Relaciones Internacionales con matrícula de honor. Maestría en Derechos Humanos de la misma institución y cursando Maestría en Derecho Internacional del ISDE. Especializada en Seguridad Internacional.
Unlock articles by signing up or logging in.
Become a member for unrestricted reading!