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Determinantes de la posición oficial egipcia

La postura egipcia ante la Operación Tormenta de al-Aqsa estuvo determinada por diversos factores determinantes e influyentes, entre los que destacan los siguientes: 1. El deseo de mantener el papel central de Egipto en la cuestión palestina se debió a su importancia para reforzar la posición regional de Egipto y fomentar los lazos con Estados Unidos. A lo largo de las últimas décadas, Egipto ha pretendido monopolizar la influencia en los asuntos palestinos, frustrando el ascenso de competidores árabes o regionales. Esta ambición se extiende particularmente a la gestión de los esfuerzos de mediación entre la resistencia palestina e Israel, así como a facilitar la reconciliación palestina. 2. Los Acuerdos de Camp David han generado importantes beneficios, fomentando unas avanzadas relaciones políticas, económicas y de seguridad con Israel. Estos lazos se han reforzado notablemente durante el mandato del presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi. 3. La preocupación en materia de seguridad gira en torno a la posible escalada de movimientos populares simpatizantes de la resistencia palestina, en Egipto y en la región árabe en general. Existe el temor de que se reavive la Primavera Árabe y se revitalice la opinión pública árabe, alimentada por la profunda inspiración de la Operación Tormenta de al-Aqsa y la creencia en alterar el status quo contrarrestando el proyecto sionista. Este sentimiento se ve agravado por la creciente indignación ante las atrocidades israelíes en la Franja de Gaza (FG) y un descontento cada vez mayor con los regímenes árabes, ya sea debido a la percepción de negligencia en su deber hacia Palestina o a fallos internos de gobernanza. 4. La preocupación por las importantes repercusiones políticas y de seguridad de un posible desplazamiento a gran escala de palestinos de la FG a territorio egipcio, que podría arrastrar a Egipto a un conflicto con Israel, poner en peligro los Acuerdos de Camp David y perturbar la estabilidad de las relaciones egipcio-israelíes. 5. Las reservas ideológicas dentro del gobierno egipcio respecto a la orientación islámica de la resistencia palestina, especialmente en medio de las tensas relaciones con el movimiento egipcio de los Hermanos Musulmanes (HM) y un escepticismo más amplio hacia los movimientos islámicos en la región. Existe la percepción de que los funcionarios egipcios y muchos funcionarios árabes dudan de la victoria de la resistencia palestina en la Operación Tormenta de al-Aqsa, temiendo posibles efectos desestabilizadores en la dinámica interna de Egipto y en la presencia más amplia del movimiento islámico en la región. 6. La postura oficial egipcia en el panorama palestino se caracteriza por una fuerte alineación con la Autoridad Palestina (AP) y sus objetivos políticos. Egipto mantiene relaciones cautelosas y desfavorables con Hamás, mostrando reservas hacia sus esfuerzos de resistencia y su inclinación a mantener una postura inteligente y autonomía política en la gestión de las relaciones con Egipto y otras entidades árabes y regionales. 7. La economía egipcia se ha enfrentado a una crisis económica cada vez más grave, marcada por la fuerte depreciación de la libra egipcia frente al dólar estadounidense. Esta situación provocó una intervención extranjera urgente para estabilizar la economía. En particular, el 23/02/2023, Egipto firmó un acuerdo de 35 mil millones de dólares con los EAU para el proyecto de desarrollo de Ras al-Hekma. También recibió apoyo de la Unión Europea, que anunció un importante paquete de ayuda financiera a Egipto por valor de 7,400 millones de euros para el periodo 2024-2027, incluidos 2 mil millones de financiamiento de emergencia cuyo desembolso está previsto para 2024. 8. El factor geopolítico determinante reside en el control que ejerce Egipto sobre el paso fronterizo de Rafah, el único punto de acceso terrestre de la FG al mundo exterior. Este control ha servido como potente herramienta de presión tanto sobre las facciones de la resistencia de Gaza como sobre su población, contribuyendo al endurecimiento del asedio de la FG desde 2007. Durante la Operación Tormenta de al-Aqsa, este control exacerbó las acusaciones contra Egipto, alegando complicidad en el asedio, exacerbando el sufrimiento y la escasez, mientras la agresión israelí se dirige contra la población y la resistencia de la FG.

Facetas de la postura oficial de Egipto sobre la Operación Tormenta de al-Aqsa

Al observar la actuación de Egipto en la gestión de la Operación Tormenta de al-Aqsa, surgen las siguientes facetas: 1. Políticamente, Egipto se adhirió a las resoluciones establecidas en la cumbre conjunta árabe e islámica celebrada en Riad el 11/11/2023, abogando por el fin de la agresión israelí contra la FG y la facilitación de la entrada de ayuda, aunque sin especificar mecanismos de seguimiento para su aplicación. 2. Egipto impuso el cierre del paso fronterizo de Rafah y se alineó con la postura de Israel de oponerse al flujo de ayuda a la FG, a pesar de que el paso se encuentra bajo jurisdicción egipcio-palestina y la parte israelí no tiene autoridad sobre él. Esto supuso un desafío directo a la soberanía egipcia, ya que el control práctico del cruce pasó a Israel, otorgándole autoridad exclusiva sobre los movimientos individuales y la entrada de ayuda Egipto se muestra cada vez más receloso ante la decisión estadounidense de establecer un puerto marítimo para la ayuda a Gaza, temiendo que pueda disminuir la influencia y el control de Egipto sobre la entrada de ayuda a través del paso fronterizo de Rafah. 3. Las autoridades egipcias presionaron a los movimientos de resistencia palestinos para que cedieran en los acuerdos de intercambio de prisioneros con Israel, presionando para que la mediación egipcia fuera exclusiva e intentando dejar de lado los esfuerzos de mediación de la competencia, especialmente la mediación qatarí. A pesar del deseo de Egipto de monopolizar la mediación, Qatar entró con éxito en la contienda, convirtiéndose en un mediador favorecido por Estados Unidos. 4. Egipto se ha opuesto activamente a los planes israelíes de desplazar a los residentes de la FG a territorio egipcio, reforzando las medidas de seguridad en el paso fronterizo de Rafah. Diaa Rashwan, el presidente del Servicio de Información del Estado Egipcio declaró, el 16/02/2024, que tal desplazamiento constituye “una amenaza directa a la soberanía egipcia y a la seguridad nacional”. 5. Durante los primeros días, las autoridades egipcias permitieron algunos actos populares de condena de la guerra israelí contra la FG. Sin embargo, posteriormente aplicaron estrictas medidas para frenar las protestas públicas simpatizantes hacia los palestinos, lo que provocó un notable silencio en las calles egipcias. Esta represión contrasta con casos anteriores donde la población egipcia reaccionó ante eventos menores en los asuntos palestinos.

Conclusión

Los acontecimientos políticos y sucesos de la Operación Tormenta de al-Aqsa han repercutido negativamente en el papel de Egipto en la cuestión palestina y en su posición regional. Han surgido acusaciones sobre la cooperación de Egipto con Israel en el recrudecimiento del asedio a la FG. Hay pocos indicios de un cambio significativo en la postura o las estrategias políticas de Egipto en relación con la guerra en curso. Desde el punto de vista político, es probable que Egipto mantenga su adhesión a la postura oficial árabe e islámica establecida, sobre la que ejerce una influencia significativa a la hora de conformarla. Se prevé que Egipto persistirá con sus políticas actuales respecto al cierre del paso fronterizo de Rafah y vinculará la entrada de ayuda con la aprobación israelí. En cuanto a su relación con los grupos de resistencia palestinos, especialmente con Hamás y la Yihad Islámica, se espera que las autoridades egipcias mantengan una postura cautelosa y conservadora. Hay pocas expectativas de que se produzca un cambio positivo en la postura de Egipto respecto a permitir actos públicos a favor de la resistencia o condenar la agresión israelí contra la FG.