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Energy & Economics

Perspectivas de América Latina para los BRICS

Inscripción BRICS 2024, Kazán, Rusia sobre fondo azul. Señalización oficial con el logotipo azul de la cumbre BRICS 2024 Rusia en Kazán. Rusia, Kazán, 26 de octubre de 2024

Image Source : Shutterstock

by Tatiana Vorotnikova

First Published in: Nov.22,2024

Dec.23, 2024

La Cumbre de los BRICS, celebrada en Kazán del 22 al 24 de octubre de 2024, destacó varios desarrollos clave en relación con los países de América Latina que desempeñarán un papel significativo en la evolución política y económica del continente en un futuro próximo. Con la inclusión de dos estados regionales como miembros asociados del bloque, la presencia latinoamericana en el grupo de naciones en desarrollo que buscan expandir su influencia en la configuración de un nuevo orden mundial está destinada a aumentar. Bolivia y Cuba se unieron a los BRICS como socios junto con otros 11 países: Argelia, Bielorrusia, Vietnam, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda y Uzbekistán. Junto con los países principales de los BRICS y los nuevos miembros que se unieron al bloque un año antes, forman un marco fundamentalmente nuevo para la cooperación internacional, donde la diversidad de participantes crea una plataforma para un diálogo polifónico. Aunque el esquema general de sus intereses está alineado, cada país tiene sus propias prioridades y expectativas de su participación en los BRICS.

Intereses de Bolivia

El Estado Plurinacional de Bolivia está desarrollando un modelo económico de orientación izquierdista, en el que se otorga una importancia fundamental a la redistribución social de los ingresos estatales, obtenidos principalmente de la explotación del potencial de recursos del país. Bolivia cuenta con significativas reservas de hidrocarburos, principalmente gas natural, así como con las mayores reservas de litio del planeta, cuyo volumen se estima en más de 21 millones de toneladas. Aunque la exportación de hidrocarburos bolivianos (principalmente a los países vecinos Brasil y Argentina) sigue siendo una fuente tradicional de ingresos presupuestarios, la industria del litio se ha convertido relativamente hace poco tiempo en una prioridad para la actividad económica exterior del país. La nacionalización del litio en 2008 marcó el inicio de los esfuerzos para desarrollar los yacimientos. Sin embargo, por diversas razones, incluidas las dificultades para atraer inversiones, la falta de una base tecnológica y la resistencia de las poblaciones indígenas y organizaciones locales de medio ambiente, la explotación a gran escala de los yacimientos, salvo algunos proyectos piloto, nunca se concretó. No fue hasta 2021 que dos empresas chinas y una rusa, Uranium One Group, que forma parte del circuito de gestión de la Corporación Estatal Rosatom, obtuvieron un contrato de desarrollo. Al unirse a los BRICS como socio, La Paz espera fortalecer su posición como proveedor de materias primas de litio en el mercado global. Dada la magnitud de las reservas nacionales de este metal, el gobierno boliviano está interesado en ampliar el número de inversores internacionales. La Paz está dispuesta a colaborar con sus socios en otros ámbitos, como los recursos energéticos y la producción de alimentos. Los países BRICS ya ocupan posiciones destacadas en las relaciones económicas exteriores de Bolivia. En primer lugar, hablamos de Brasil (3,500 millones de dólares), China (3,500 millones de dólares) e India (alrededor de 2,000 millones de dólares), quienes importan grandes volúmenes de oro boliviano. Además del comercio, China está invirtiendo activamente en proyectos de infraestructura y tecnología en Bolivia. La importancia de la colaboración con Rusia sigue en aumento. El acuerdo sobre el litio forma parte de una estrategia más amplia entre ambos gobiernos para fomentar la inversión en sectores clave. Al margen de la cumbre de Kazán, los presidentes Luis Arce Catacora y Vladímir Vladimirovich Putin sostuvieron una reunión bilateral para discutir tecnologías nucleares conjuntas (en Bolivia se ha establecido un Centro de Investigación y Tecnología Nuclear (NRTC) de alta montaña único en su tipo para el uso pacífico de la energía nuclear, construido por especialistas rusos), así como cooperación en educación, contratos de litio y otras agendas que alinean los intereses de ambos países. Además, La Paz y Moscú comparten principios comunes para moldear un orden global y abogan por la creación de un mundo multipolar. Al mismo tiempo, es importante considerar la compleja situación política interna de Bolivia y las condiciones bajo las cuales el país se aproximará a las elecciones generales de 2025. La disputa por la candidatura presidencial amenaza con desmantelar por completo el proyecto político que se ha desarrollado en el país desde 2006. Las divisiones sociales y las crisis económicas están fomentando un profundo sentimiento de incertidumbre y pesimismo en la sociedad boliviana respecto a las perspectivas de desarrollo del país. Los BRICS podrían representar una nueva oportunidad para avances económicos, siempre que se mantenga el curso actual tras las elecciones. Sin embargo, también es posible que, con el ascenso de fuerzas opositoras, Bolivia siga el camino de Argentina, que, como se sabe, se retiró de unirse al bloque tras un cambio de poder.

Expectativas de Cuba

Para Cuba, el apoyo internacional de los países del BRICS representa una oportunidad para superar la prolongada y multifacética crisis que la isla no puede resolver por sí sola. La Habana considera que sus principales objetivos son contrarrestar las medidas restrictivas unilaterales de Estados Unidos y buscar fuentes alternativas de financiamiento. Cuba mantiene relaciones comerciales con todos los países del BRICS, aunque su participación en el comercio total de la isla sigue siendo relativamente pequeña. China ocupa una posición destacada, representando aproximadamente el 13% del comercio exterior de Cuba. El crecimiento más significativo en el intercambio comercial ocurrió entre 2005 y 2015, pero en los últimos años, las relaciones cubano-chinas han mostrado un declive. En 2018, Cuba se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, aunque hasta ahora no ha producido resultados significativos. Los países de América Latina representan un tercio del comercio exterior de Cuba, con Brasil representando solo el 3.2%. La expansión de los lazos comerciales y económicos con Rusia ha llevado a un aumento en el intercambio comercial hasta un 7%. Por lo tanto, intensificar las relaciones económicas externas sigue siendo uno de los principales objetivos de Cuba. Al mismo tiempo, el principal obstáculo para lograr esto sigue siendo el embargo económico de Estados Unidos, al cual Cuba insta constantemente a la comunidad internacional a oponerse. Si bien hubo un deshielo en las relaciones bilaterales durante la presidencia de Barack Obama, con esfuerzos mutuos para encontrar compromisos en temas clave, ninguna de las partes está dispuesta a abandonar completamente sus posiciones. Tampoco debe asumirse que el acercamiento de La Habana a los BRICS signifique un abandono completo de los esfuerzos por establecer un compromiso constructivo con Washington. Estados Unidos seguirá siendo un punto focal para la atención de Cuba. Sin embargo, dadas las nuevas dinámicas en la Casa Blanca tras las recientes elecciones, será un desafío para La Habana mantener el statu quo actual y evitar una mayor presión que podría surgir del hegemón.

Contradicciones entre Venezuela y Brasil

Uno de los países que comparte las aspiraciones de Cuba es Venezuela, que enfrenta severas sanciones occidentales y lidia con una profunda crisis económica. Caracas depende principalmente del apoyo de Rusia y China. Sin embargo, las relaciones de Venezuela con otros miembros de los BRICS son mucho más complejas. Por ejemplo, los lazos entre Venezuela e India se basan principalmente en la demanda de petróleo de la República Bolivariana por parte de India. Bajo la presión de las sanciones de Estados Unidos, India dejó de comprar "oro negro" a Caracas en 2019, aunque permanece abierta a reanudar la cooperación si se alivian las restricciones. Al mismo tiempo, Delhi no brinda apoyo político al gobierno venezolano, y la posibilidad de expandir los vínculos en otras áreas parece poco probable. El veto a la inclusión de Venezuela en el grupo de socios de los BRICS, impulsado por la posición de Brasil, expuso profundas contradicciones dentro de la región e intensificó las divisiones entre los representantes de la izquierda en el espectro político de América Latina. El hecho de que Brasil, el único país que representa a la región dentro de BRICS, se convirtiera en el obstáculo para Venezuela generó una fuerte reacción y un rechazo categórico por parte de Caracas. Para Nicolás Maduro y su administración, la potencial membresía en los BRICS representa un objetivo clave de política exterior. Los estrechos lazos de Maduro con Rusia y sus sólidas relaciones con algunas naciones asiáticas y africanas sugerían altas probabilidades de aceptación. Además, Venezuela mantiene conexiones robustas con varios miembros de los BRICS, incluyendo Irán y China, con los que firmó un acuerdo de asociación estratégica integral en 2023 (acuerdos similares solo existen entre Pekín y Rusia, Bielorrusia y Pakistán). Hasta hace poco, no se había observado una oposición abierta a la adhesión de Venezuela a BRICS. Venezuela y Brasil tienen un historial de relaciones diplomáticas tensas, las cuales se rompieron en 2019 cuando el entonces presidente brasileño Jair Bolsonaro reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Los lazos recién se restablecieron en 2023 con el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil. Sin embargo, las relaciones comenzaron a deteriorarse nuevamente tras las elecciones presidenciales de Venezuela en julio de 2024, en las que Nicolás Maduro fue declarado ganador. Los resultados de las elecciones no han sido reconocidos por muchos países, incluido Brasil, que pidió oficialmente la publicación de los protocolos electorales y se negó a reconocer la legitimidad del gobierno venezolano. La creciente brecha entre ambas naciones se agravó con el veto de Brasil a la inclusión de Venezuela en los BRICS, lo que provocó una fuerte respuesta por parte de Caracas. Además de emitir contundentes declaraciones contra Brasil, Maduro llamó a consultas a su embajador. Dado que Brasil asumirá la presidencia de BRICS en 2025, las tensiones actuales han reducido significativamente las posibilidades de que Venezuela se convierta en miembro, al menos hasta que se restablezcan las relaciones con Brasilia. Considerando la firmeza y consistencia de Itamaraty en la implementación de su política exterior, es probable que este tema se posponga indefinidamente.

Aspiraciones de Brasil

Hasta la fecha, Brasil sigue siendo el único país latinoamericano representado en los BRICS como miembro pleno. Brasil desempeña un papel clave en el escenario global promoviendo la agenda del Sur Global. Una figura central en este proceso es Luiz Inácio Lula da Silva, quien, durante sus dos mandatos presidenciales (2003-2006, 2007-2011), impulsó una política activa de acercamiento a las naciones en desarrollo de Asia y África. Su compromiso con un enfoque multilateral en la política exterior refleja la tradición nacional de Brasil de posicionarse como una potencia regional con ambiciones globales. La rotación de la presidencia de los BRICS, junto con la extensión del mandato de Dilma Rousseff como directora del Nuevo Banco de Desarrollo, parece fortalecer las perspectivas de Brasil para ampliar su papel dentro del grupo y a nivel global. En un escenario político interno desafiante, donde el gobierno enfrenta una significativa oposición de un amplio segmento de la sociedad, los logros internacionales serán cruciales para Luiz Inácio Lula da Silva. Aunque Brasil lucha por consolidar a sus vecinos latinoamericanos y actuar como motor de integración regional, su diplomacia actual ha cambiado el enfoque hacia iniciativas globales. La participación en asuntos internacionales es parte integral de la identidad nacional de Brasil. Su tradición histórica de participación en foros multilaterales como líder regional, combinada con su acumulada experiencia diplomática, ha posicionado a Brasil como un actor importante en el escenario mundial. Esto le permite ejercer una influencia que supera con creces la de una nación en desarrollo, a pesar de los importantes desafíos socioeconómicos internos y la falta de capacidades militares propias de las grandes potencias. La visión de Brasil de un mundo basado en reglas internacionales, donde cada nación tenga voz, refleja su aspiración de avanzar hacia un orden global más justo. A través de los BRICS, Brasil busca promover este ideal, aprovechando el potencial del grupo para amplificar su influencia en el escenario mundial.

Factores externos

Otros varios países latinoamericanos, como Honduras, Nicaragua (ambos presentaron solicitudes antes de la cumbre de Kazán de 2024) y Colombia, han expresado su deseo de unirse al bloque. Esto demuestra un amplio interés e intención de profundizar la cooperación dentro del paradigma del Sur Global. Además, la adhesión de Argentina a los BRICS, que fue rechazada por el presidente Javier Milei, probablemente seguirá en la agenda y podría ser reconsiderada en el futuro. Dado que se extendió una invitación a los BRICS y el panorama político de Argentina está sujeto a cambios radicales, la posibilidad de unirse al bloque podría materializarse si las fuerzas pro-BRICS regresan al poder en Buenos Aires. Finalmente, la política de Estados Unidos hacia la región bajo la administración de Donald Trump desempeñará un papel significativo en la configuración de la participación de los países latinoamericanos en los BRICS. Aunque el gabinete de Trump aún no está completamente formado y no se han delineado direcciones claras de política, diversas especulaciones están generando incertidumbre y elevando expectativas entre diferentes grupos, sin proporcionar una imagen clara. Lo que sí es evidente es que los países latinoamericanos, una vez más, se ven obligados a reaccionar ante los pasos tomados por el hegemón del norte. Los intentos de establecer políticas independientes, emprendidos durante las últimas décadas por muchos gobiernos de la región, principalmente de izquierda, aún no han dado los resultados deseados ni se han convertido en una realidad consolidada. Como resultado, la forma en que estas naciones configuren sus políticas exteriores, incluidas otras áreas, dependerá, en cierta medida, de la influencia de Washington. En este contexto, los BRICS, no solo para los recién llegados como Cuba y Bolivia, podrían servir como un punto de apalancamiento para reducir la dependencia de Estados Unidos y crear caminos alternativos para su compromiso político y económico exterior. En un mundo de incertidumbre global, los países latinoamericanos buscan mecanismos efectivos para avanzar y fortalecer sus posiciones. Las formas de cooperación internacional, como las ofrecidas por el formato de los BRICS, están emergiendo como herramientas esenciales en este esfuerzo. Esta colaboración tiene el potencial de ser tanto mutuamente enriquecedora como altamente beneficiosa.

First published in :

Russian International Affairs Council, RIAC

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Tatiana Vorotnikova

Doctora en Ciencias Políticas, Secretaria Académica del Instituto de Estudios Latinoamericanos, Academia de Ciencias de Rusia; Esl experta del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC)

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