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Ganar la guerra contra Rusia a través de una "victoria en el campo de batalla" no parece ser una opción viable para Ucrania. Las probabilidades son demasiado altas: desde la perspectiva estratégica general desalentadora para Ucrania en el campo de batalla, las limitaciones de Ucrania en términos de capacidad militar total, el debilitamiento del apoyo de las naciones occidentales y su miedo a una mayor escalada (cediendo a las "líneas rojas" de Putin respecto a la escalada nuclear); hasta el recién propuesto "plan de paz" para Ucrania del presidente electo Donald Trump. Trump ha convertido el fin de la guerra en Ucrania en una de sus promesas electorales. Las razones de su optimismo incluyen su percibido potencial diplomático personal, pero también la necesidad de abordar las preocupaciones económicas de EE. UU., la estrategia política y la capacidad de centrarse en el desafío de China.

Rusia está debilitada y necesita una pausa en los combates

Los propios desafíos de Vladimir Putin, por supuesto, podrían hacer que Putin esté más inclinado a escuchar un "plan de paz" para Ucrania liderado por Estados Unidos. Estos desafíos incluyen el empeoramiento de la recesión económica, la erosión de su poder militar y los recientes reveses de la diplomacia rusa en el Medio Oriente y sus alianzas con Irán y Siria. Los dramáticos eventos de la semana pasada en Siria, con la caída finalmente del régimen de Bashar Al Assad, han revelado varios errores de cálculo por parte de Rusia. Los sucesos del 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra en Palestina han cambiado la dinámica del poder regional, no solo reduciendo el papel de Rusia, sino también el de su aliado Irán, cuyo 'Eje de Resistencia', que incluye a Hamás y Hezbolá, se ha visto gravemente debilitado. La caída de Siria es una gran pérdida estratégica para Putin y tiene serias consecuencias para el papel y la posición de Rusia no solo en el Medio Oriente, sino más allá. La imagen del hombre "fuerte" y quizás "sabio" se está desmoronando. No es una buena perspectiva cuando se trata de China y la asociación de "sin límites": una Rusia débil no es lo que el presidente Xi Jinping necesita en su desafío al actual orden político y militar occidental. Dadas estas circunstancias estratégicas, es del interés de Putin encontrar una solución diplomática para poner fin a "su" guerra en Ucrania. Una tregua negociada del conflicto, con Rusia manteniendo las partes actualmente ocupadas de Ucrania y Crimea, podría ser una salida para que Putin declare "misión cumplida".

La precaria posición de Ucrania

El plan de victoria de cinco pasos del presidente Volodímir Zelenski de noviembre de 2024 ya está muerto. Sus dos condiciones principales, la membresía plena en la OTAN en un futuro muy cercano y un aumento en la asistencia militar occidental, no se llevarán a cabo. La OTAN sostiene que Ucrania está en un "camino irreversible hacia la membresía en la OTAN", sujeto al acuerdo de los miembros de la Alianza, al cumplimiento de las condiciones y al fin de las hostilidades. Quizás lo más preocupante es que el ánimo parece haber cambiado entre los ucranianos: encuestas recientes muestran que la mayoría de los ucranianos apoya una paz negociada con Rusia, mientras continúan los avances en el campo de batalla de las fuerzas armadas rusas. Esta encuesta también revela que los ucranianos se han vuelto cada vez más cautelosos respecto a las promesas de apoyo de Occidente. El presidente Zelenski, manteniendo el optimismo frente a las graves dificultades, ha declarado abiertamente que espera el regreso de Trump a la Casa Blanca. Zelenski, ahora también sugiere que la guerra podría terminar antes con la reelección de Trump. Los puntos más polémicos que quedan son la membresía en la OTAN y la falta de concesiones territoriales. Zelenski ha indicado recientemente una disposición a intercambiar (al menos temporalmente) territorio por la membresía en la OTAN. Dado el claro mensaje de la OTAN durante la Cumbre de Washington de 2024 de que esto no ocurriría sin la paz primero, podría ser necesario que cambiara su postura respecto a la membresía en la OTAN.

¿Cómo sería el plan de paz de Trump?

El "Plan de Paz" de Trump aún es vago, pero sería un acuerdo de alto al fuego con concesiones territoriales, una posible zona desmilitarizada, asistencia en seguridad continua y, posiblemente, "tropas en el terreno", con un alivio de sanciones para Rusia como un estímulo adicional. Para demostrar su seriedad con la propuesta, Trump ha designado al general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia, y se reunió con Zelenski la semana pasada, durante la reunión de líderes mundiales en Francia en la reapertura de la Catedral de Notre Dame. El presidente Zelenski calificó sus discusiones con Trump como "buenas y productivas". Un armisticio en Ucrania no puede ser simplemente una extensión del acuerdo de Minsk II de 2015. El acuerdo no funcionó por múltiples razones, pero lo más importante fue el incumplimiento por parte de Rusia y la falta de un elemento disuasorio. Tal armisticio debería ser un acuerdo moderno similar al Armisticio de Corea, con una posible presencia de monitoreo de la ONU en una zona desmilitarizada, y un componente significativo de disuasión militar por parte de las fuerzas occidentales para Ucrania. La membresía de la OTAN en el futuro inmediato sería la mejor opción, pero probablemente está fuera de las posibilidades debido a la oposición de Rusia y la falta de apoyo de la OTAN. Una moratoria de veinte años sobre la solicitud de Ucrania para la OTAN, como lo propuso el equipo de Trump, podría ser un camino a seguir. Un “modelo de Alemania Occidental para la membresía en la OTAN” para los territorios no ocupados de Ucrania también sería una opción posible para Ucrania, la cual parece apoyar el presidente Zelenski. Nuevamente, tal propuesta parece poco probable dado los obstáculos tanto de la OTAN como de Rusia. Una presencia militar permanente europea en las partes no ocupadas de Ucrania (incluido el apoyo militar de EE. UU.), similar a la de EE. UU. en Corea del Sur, sería teóricamente posible, ya que estarían explícitamente en capacidad nacional y no en la de la OTAN. Esta opción rejuvenecería una idea propuesta por el presidente francés Emmanuel Macron a principios de este año, y si fuera autorizada por la ONU, podría ser una posible medida de seguridad para Ucrania. Cualquiera que sea el resultado, se debe tener cuidado de que este “congelamiento” temporal de las hostilidades no se convierta en una “victoria de facto para Putin” y una derrota para el Orden Basado en Reglas. La actitud de Trump hacia la resolución de problemas diplomáticos y otros asuntos ha sido descrita en el pasado como “transaccional” en esencia: poner fin a la guerra en Ucrania se ha convertido ahora en la primera gran prueba para Trump, el presidente transaccional.