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Diplomacy

Finlandia: dos años en la OTAN

KIEV, UCRANIA - 1 de mayo de 2022. Banderas de Finlandia y la OTAN.

Image Source : Shutterstock

by Sergey Andreev

First Published in: Apr.28,2025

May.19, 2025

Abril de 2025 marca el segundo aniversario de la adhesión de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Aunque la posibilidad de unirse a la alianza comenzó a considerarse seriamente tras la escalada de la crisis en Ucrania en 2014, la decisión final fue postergada en varias ocasiones debido a las dudas sobre los beneficios de esta medida y al escaso apoyo público. A pesar de los estrechos lazos económicos con Rusia y de una tradición de diplomacia cautelosa conocida como la “doctrina Paasikivi-Kekkonen” (a menudo criticada como “finlandización”), la crisis internacional de 2022 empujó a Finlandia a ingresar en la OTAN. Desde entonces, el país, antes neutral, ha cambiado su política exterior, ha incrementado su gasto en defensa y ha ampliado sus exportaciones de armas.

Perspectivas del gobierno y las fuerzas armadas

En diciembre de 2024, el gobierno finlandés presentó en Helsinki un nuevo Informe de Defensa, reemplazando la estrategia anterior publicada en septiembre de 2021. En ese entonces, Finlandia había señalado el aumento de la actividad militar en el Mar Báltico y las regiones árticas, así como el creciente interés de las grandes potencias por los recursos naturales del Norte y la Ruta Marítima del Norte. Cabe destacar que el país no mencionó a ningún enemigo en específico, optando por mantener un mensaje general y prudente. El documento de 2024 adopta un tono mucho más serio. Nombra claramente a Rusia como la principal fuente de inestabilidad global y describe a China como una potencia en ascenso que desafía a Estados Unidos y sus aliados. También se menciona el terrorismo, aunque con menor frecuencia. Algunos de los principales puntos sobre la seguridad global incluyen: • El regreso de una “guerra a gran escala y prolongada” al continente europeo; • La Operación Militar Especial (SMO, por sus siglas en inglés) se interpreta como una continuación de las acciones agresivas de Rusia en Crimea y el este de Ucrania en 2014, así como en Georgia en 2008; • Un aumento de los ataques híbridos e incidentes que afectan a la infraestructura crítica; • Creciente influencia china sobre Finlandia y sus países vecinos; • Un entorno de defensa y seguridad internacional impredecible e inestable, con una clara tendencia al deterioro; • El mayor despliegue militar de la OTAN en el flanco oriental desde el fin de la Guerra Fría; • La adhesión a la OTAN es descrita como “la transformación más significativa en la política de defensa de Finlandia desde la Segunda Guerra Mundial”; • La integración continua de las fuerzas armadas finlandesas en las estructuras y planes de defensa conjunta de la OTAN; • Finlandia ahora planificará su defensa en conjunto con la OTAN, enfocándose no solo en su propio territorio, sino también en los Estados Bálticos, el Mar Báltico, el Océano Ártico y el Atlántico Norte. En la sección sobre los cambios en el poder global, se señala a Rusia como la principal causa de inestabilidad. Se le describe como “la amenaza más significativa e inmediata para los aliados, la seguridad y la paz y estabilidad en la región euroatlántica”. Otras afirmaciones incluyen: un esfuerzo constante por debilitar a la Unión Europea, una campaña para restaurar su estatus de gran potencia y un intento de dividir Europa en esferas de influencia mediante el uso de la fuerza militar. También se acusa a Rusia de utilizar tácticas híbridas — como generar miedo, influir en la opinión pública, fomentar divisiones políticas y bloquear decisiones — para atacar a los países europeos y a sus ciudadanos. Su Operación Militar Especial se considera el inicio de un conflicto más amplio, directo e impredecible con Occidente. China es caracterizada como un actor menos agresivo. Se destaca que Pekín está modernizando rápidamente sus fuerzas armadas, que ha intensificado sus actividades de inteligencia en Estados Unidos y Europa, y ha reforzado la cooperación militar y económica con Rusia, cuyo desarrollo determinará la capacidad de Moscú para ejercer influencia sobre Europa. Al mismo tiempo, los estrategas finlandeses ponen mayor énfasis en la competencia en curso entre China y Estados Unidos por el dominio político, militar, económico y tecnológico a nivel global. En lo referente al papel de la OTAN en la defensa, se señala que la Alianza ha intensificado su cooperación con socios en la región del Indo-Pacífico, ha incrementado su presencia militar en el flanco oriental y el número de ejercicios militares, y está actualizando constantemente sus planes de defensa generales y regionales ante la posibilidad de un conflicto a gran escala. Con la adhesión de Finlandia y Suecia, la OTAN se ha acercado geográficamente a zonas estratégicas clave para Rusia, como Moscú, San Petersburgo, Kaliningrado, la península de Kola, Bielorrusia, el mar Báltico y el Ártico. Dentro de la Alianza, garantizar la seguridad de las rutas marítimas de transporte y la modernización de la infraestructura militar en los países del norte de Europa se considera una condición clave para el posible refuerzo de tropas desde América del Norte. El papel de la Unión Europea se describe como complementario al de la OTAN, y se señala además que la UE está aumentando el gasto en defensa y ampliando la cooperación tecnológica. El informe fue publicado tras la victoria electoral del presidente republicano de EE. UU., Donald Trump, conocido por su visión aislacionista, lo cual se refleja parcialmente en el documento a través del énfasis en la independencia europea en materia de seguridad y en la necesidad de incrementar aún más el gasto militar. En cuanto a asuntos regionales intraeuropeos, el Informe pone el foco en la cooperación con los Estados miembros de la Cooperación de Defensa Nórdica (NORDEFCO, por sus siglas en inglés), los Estados Bálticos y el Reino Unido, así como en el cambio de política de seguridad de Alemania, el aumento del gasto en defensa por parte de Francia y las crecientes compras de equipamiento militar por parte de Polonia. En lo referente a temas militares y tecnológicos, el documento destaca el papel creciente de los sistemas no tripulados (tanto controlados remotamente como autónomos), la inteligencia artificial y las capacidades humanas avanzadas como el pensamiento mejorado y la biología sintética. Se subraya la necesidad de utilizar los últimos avances científicos y tecnológicos en el desarrollo de armas — una medida que podría compensar la reducción de soldados en el campo de batalla. El ciberespacio y el espacio exterior se consideran nuevas áreas de competencia militar y tecnológica. Esta visión se basa en varios factores: el rápido desarrollo de tecnologías espaciales (impulsado por empresas privadas), el acceso más fácil al espacio y la gran dependencia de herramientas cibernéticas y satélites tanto para fines militares como civiles. La guerra informativa también está ganando influencia junto con el combate tradicional. El documento señala que los países pequeños pueden beneficiarse en este tipo de conflictos si utilizan la innovación con inteligencia y gestionan bien sus recursos. Aun así, Helsinki no confía únicamente en soluciones de alta tecnología. Una parte clave de la estrategia militar de Finlandia es preparar tanto a su ejército como a su población para conflictos prolongados y de desgaste. Esto incluye firmar contratos de suministro de armas a largo plazo, construir reservas estratégicas, mantener sólidas las cadenas de suministro y estar preparados para defender su estilo de vida. Entre las principales conclusiones, los autores del informe presentan las siguientes: • Finlandia y Europa enfrentan un deterioro significativo en su seguridad, sin mejoras previstas a corto plazo. • Rusia representa y seguirá representando una amenaza constante para la seguridad de Europa y Finlandia. • Finlandia brindará asistencia militar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario. • Tras la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, los países nórdicos, la región del mar Báltico y el Alto Norte conforman ahora un espacio geoestratégico unificado; la región del mar Báltico tiene importancia estratégica para Finlandia. • La defensa de Finlandia se basará en el mantenimiento del servicio militar obligatorio, el fortalecimiento del entrenamiento de su reserva militar, una fuerte voluntad popular de defender al país y el respaldo de su membresía en la OTAN. • Compromiso con la defensa total —una combinación de todas las medidas militares y civiles, nacionales e internacionales, que garantizan la protección del país en cualquier circunstancia (se enumeran siete componentes: administración gubernamental, relaciones internacionales, capacidad de defensa, seguridad interna, economía, capacidades funcionales de la población y resiliencia psicológica de las personas). • Es necesario mejorar las condiciones laborales en la industria de defensa, aumentar la producción y asegurar cadenas de suministro estables y confiables. • Aumento gradual del gasto militar de Finlandia. • Desarrollo del potencial de defensa de la Unión Europea y avance hacia una mayor independencia de la UE tanto en política como en el desarrollo de tecnologías militares y suministros de defensa. • Preparación de la OTAN para proporcionar todo el espectro de fuerzas necesarias para operaciones de combate a gran escala y alta intensidad. • Finlandia, por su parte, también debe crear todas las condiciones necesarias para la presencia de tropas aliadas en su territorio. Evaluaciones similares se presentan en la Revisión de Inteligencia Militar de Finlandia — 2025 (con publicaciones anteriores en 2021 y 2023), elaborada por el Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Finlandia. En dicho informe, Rusia también es señalada como la principal amenaza, ya que “busca reducir la influencia de Occidente, asegurar su esfera de influencia”, “concibe la política de seguridad como un juego de suma cero entre grandes potencias, en el que la expansión de la OTAN fortalece la posición de Estados Unidos y, por lo tanto, debilita la seguridad de Rusia”, y “los intereses o la seguridad de los países vecinos no son un factor importante en los cálculos de Moscú”. Además, se acusa a Rusia de intentar volcar al Sur Global en contra de los países occidentales. En particular, se hace referencia a “un intento de presentar al grupo BRICS como parte de una ‘mayoría global’ antioccidental”. En cuanto a la dirección del norte de Europa, el Estado Mayor finlandés destaca el aumento del despliegue de fuerzas rusas en la península de Kola y en la región ártica, atribuye a Moscú intentos por obtener acceso sin restricciones a la Ruta Marítima del Norte y por debilitar la integración de Finlandia y Suecia en las estructuras de la OTAN. Helsinki predice que, una vez finalizado el conflicto en Ucrania, la prioridad de Rusia será acelerar el fortalecimiento y la modernización de sus fuerzas en el restablecido Distrito Militar de Leningrado, fronterizo con Escandinavia. Las autoridades militares finlandesas no creen en una resolución rápida de la situación en Ucrania y prevén un deterioro en las relaciones entre Rusia y Occidente en los próximos años, una lucha de Rusia por el control del transporte marítimo en el mar Báltico “por cualquier medio”, ataques continuos contra infraestructura submarina en el Báltico (una referencia a daños en cables submarinos, aunque no se menciona a ningún responsable en concreto), una escalada en la competencia entre Occidente, Rusia y China por los recursos del Alto Norte [‘High North’], y un aumento en las actividades de inteligencia y sabotaje de los servicios especiales rusos en Finlandia. China no es vista de manera completamente negativa; más bien, se reconoce su ambición de convertirse en líder político, económico, militar y tecnológico para 2049, año del centenario de la fundación de la República Popular China. También se menciona la creciente influencia de China sobre los países del Sur Global. La relación entre Rusia y China es considerada como una “línea de vida” para la economía rusa y un medio para eludir las sanciones. Sin embargo, no se ve a Pekín como un socio igualitario, sino como un beneficiario del creciente aislamiento de Rusia, lo que hace que esta dependa más de China. La guerra en Ucrania es vista como algo que beneficia a China, ya que desvía la atención de Occidente del ascenso global de Pekín. A nivel regional, Helsinki planea fortalecer la cooperación y actualizar el acuerdo fundacional de la NORDEFCO durante su presidencia de la organización en 2025. Este impulso de renovación está motivado por el cambiante entorno de seguridad y la reciente adhesión de Finlandia a la OTAN junto con Suecia. En abril de 2024, los ministros de defensa de los estados miembros firmaron un memorando que establece una nueva visión para la NORDEFCO. Según el documento, para 2030 los países planean mejorar la planificación y las operaciones militares conjuntas, facilitar el movimiento de tropas a través de las fronteras, aumentar la cooperación y el intercambio de inteligencia, tanto de forma directa como a través de la OTAN y la UE, y seguir fortaleciendo las industrias de defensa de los países nórdicos. La NORDEFCO no se considera oficialmente un acuerdo de defensa mutua ni un sistema de mando como la OTAN; sin embargo, en los últimos años ha comenzado a mostrar características propias de una alianza defensiva, en gran parte debido a las acciones de algunos de sus miembros. En 2021, los ministros de defensa de Dinamarca, Noruega y Suecia firmaron un acuerdo para fortalecer la cooperación, que permite la “acción conjunta en tiempos de paz, crisis o conflicto”. En 2022, se otorgaron mutuamente el permiso para usar su espacio aéreo y sus bases militares. Ese mismo año, los ministros de defensa de Finlandia, Noruega y Suecia actualizaron su acuerdo trilateral, ampliando aún más la cooperación militar. Tras la solicitud de ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, Dinamarca, Islandia y Noruega hicieron una promesa conjunta de brindarles pleno apoyo si cualquiera de los dos países fuera atacado. Aunque la NORDEFCO aún no se ha convertido en una organización como la OTAN, el actual nivel de cooperación en defensa entre los países nórdicos a nivel regional —y las reiteradas promesas de asistencia mutua en caso de conflicto— sugieren que en los próximos años este esfuerzo podría parecerse a una versión más pequeña de la OTAN en el norte de Europa. Este tipo de estructura probablemente sería menos burocrática, más ágil en la toma de decisiones y compuesta por países que comparten visiones similares y actúan con una sola voz. También tendría un menor riesgo de retroceso, a diferencia de algunos miembros de la OTAN que en los últimos años han amenazado con bloquear decisiones, imponer exigencias adicionales a nuevos miembros o incluso hablar de abandonar la Alianza.

Gastos en defensa y complejos militares-industriales

Las amenazas identificadas por los políticos y las fuerzas armadas de Finlandia exigen automáticamente un aumento del gasto y una aceleración de la industria de defensa. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), entre 2014 y 2020 el gasto militar de Finlandia se mantuvo anualmente en torno al 1.5% del PIB, aunque en términos absolutos fue aumentando gradualmente: de 3,570 millones a 3,900 millones de dólares. Durante la pandemia, en 2021, la cifra bajó a 3,650 millones de dólares, pero para finales de 2022 alcanzó los 4,470 millones, y en 2023 llegó a 6,850 millones de dólares, equivalentes al 2.4% del PIB. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos del Reino Unido (IISS, por sus siglas en inglés) ofrece estimaciones similares: un crecimiento de 3,720 millones de dólares en 2014 a 6,890 millones en 2024, y un presupuesto estimado para 2025 de 7,470 millones. Helsinki no piensa detenerse ahí: el 1 de abril de 2025, tras recomendaciones del Ministerio de Defensa, el gobierno inició los preparativos para aumentar gradualmente el presupuesto militar hasta al menos un 3% del PIB para 2029. En cuatro años, se planea incrementar las asignaciones en 3,700 millones de euros, ampliar los pedidos estatales de defensa y desarrollar nuevos programas de rearme para la década de 2030. Helsinki también ve con optimismo el futuro de su industria de defensa nacional. Según el centro de estudios finlandés SaferGlobe (que, según su sitio web, se dedica al estudio y desarrollo de herramientas para promover la paz y la seguridad sostenibles), en 2023 las exportaciones de armas alcanzaron los 333 millones de euros (de los cuales 141 millones correspondieron a armas de uso civil para autodefensa, deporte y caza), un récord desde que se comenzaron a registrar datos en 2002. Aproximadamente el 85% de las exportaciones militares se distribuyeron dentro de Europa. Los principales países importadores por valor fueron: Suecia (51 millones de euros), Letonia (34 millones) y Lituania (19 millones), que en conjunto representaron más de la mitad del total de exportaciones de productos militares. En términos de valor, la mayor proporción de productos militares exportados (32%) correspondió a vehículos terrestres y sus componentes. Las siguientes categorías más importantes fueron municiones (17%) y explosivos y cargas (15%). En cuanto a armas civiles, los principales destinos fueron Estados Unidos (52 millones de euros), Canadá (15 millones) y Australia (9 millones). El año 2023 también marcó un récord en licencias de exportación emitidas para productos militares: 667 millones de euros. Los principales países receptores de licencias de exportación fueron Eslovaquia (201 millones), Japón (154 millones) y Ucrania (88 millones). Conclusiones similares fueron alcanzadas por la empresa estatal de inversión ‘Finnish Industry Investment’ (Tesi), que en el otoño de 2024 encuestó a 368 empresas nacionales del sector defensa: 144 de ellas fueron identificadas como “startups y empresas en crecimiento de rápido desarrollo”, mientras que el resto se describió como “actores más consolidados con una larga trayectoria, dedicados principalmente a brindar servicios de consultoría a las Fuerzas de Defensa de Finlandia”. Las mayores tasas de crecimiento se observaron entre los productores de bienes de doble uso, cuyo beneficio neto ha aumentado anualmente entre un 30% y 40% desde 2022. Al mismo tiempo, las empresas dedicadas exclusivamente al sector militar enfrentaron dificultades para atraer inversiones. El 50% de las empresas del sector defensa estaban ubicadas en la región capital de Uusimaa, donde destacaban Helsinki (74 empresas) y su ciudad satélite Espoo (65); otro 16% tenía sede en la región de Pirkanmaa, centrada en torno a Tampere (40). Completando las cinco principales zonas se encontraban la “capital” tecnológica Oulu (21) y otra ciudad satélite de Helsinki, Vantaa (14). Por tipo de actividad, la mayoría de las empresas (246) operaban en el sector de apoyo y logística; 70 estaban involucradas en el diseño de sistemas de mando y control de combate (C4I — Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras e Inteligencia); 20 colaboraban con las fuerzas terrestres, 13 con la armada, 10 con la fuerza aérea, cinco trabajaban en operaciones conjuntas, y las cuatro restantes estaban dedicadas a tecnologías espaciales.

Una nueva estrategia — Un nuevo presidente

La entrada de Finlandia en la OTAN ocurrió durante el segundo y último mandato del presidente Sauli Niinistö. Aunque siguió la postura general de Occidente respecto a la guerra en Ucrania y apoyó las sanciones contra Rusia, intentó mantener cierto nivel de diálogo político con Moscú. Sin embargo, después de febrero de 2022, esto se volvió casi imposible, y Finlandia puso fin oficialmente a su política de neutralidad que había mantenido durante casi 80 años. En las elecciones celebradas en dos rondas en enero y febrero de 2024, los votantes finlandeses eligieron como nuevo presidente a Alexander Stubb, del Partido Coalición Nacional. Stubb estudió en Estados Unidos y Francia, y anteriormente se desempeñó como eurodiputado, ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro de Finlandia. En 2014, cuando Finlandia aún seguía la política exterior cautelosa conocida como la “doctrina Paasikivi-Kekkonen”, Stubb fue uno de los pocos altos funcionarios que expresó abiertamente su apoyo al ingreso del país en la OTAN. En cuanto a las relaciones con Rusia, declaró que “la integración de Rusia con Occidente fue una ilusión”. Esta postura puede estar influenciada por la historia familiar de Stubb. Su padre, Göran Stubb, nació en Käkisalmi — una ciudad que fue cedida a la Unión Soviética después de la guerra soviético-finlandesa de 1939–1940, y rebautizada primero como Kexholm (en sueco) y luego como Priozersk. Por parte de su padre, los abuelos de Stubb eran originarios de Vyborg, que también pasó a formar parte de la Unión Soviética tras la guerra. No obstante, la familia ya se había trasladado a Helsinki antes de que comenzara el conflicto. En su discurso de investidura del 1 de marzo de 2024, Alexander Stubb declaró sin rodeos a los ciudadanos de Finlandia que “la era posterior a la Guerra Fría ha terminado” (atribuyendo la responsabilidad a Rusia), que “los instrumentos de cooperación se han convertido en armas”, que “el mundo está en un estado de transición” y que “la creación de un nuevo orden mundial tomará tiempo”. Añadió que los finlandeses “tendrán que responder rápidamente a las circunstancias cambiantes, como ocurrió con la adhesión a la OTAN”, y que “cuando los tiempos se tornen difíciles, yo también estaré dispuesto a tomar decisiones difíciles para garantizar la seguridad de nuestro país”. Además de sus promesas de campaña, el recién electo presidente confirmó su compromiso con el “realismo basado en valores” (‘arvopohjainen realismi’), una línea que se comprometió a seguir en la conducción de la política exterior en caso de ser elegido. Posteriormente, este principio fue incluido oficialmente en el informe gubernamental sobre política exterior y de seguridad, publicado en junio de 2024. Entre otras ideas, el informe destaca especialmente lo siguiente: compromiso con los valores democráticos, el estado de derecho, el derecho internacional y los derechos humanos; fortalecimiento de la defensa nacional; mantenerse al margen de los conflictos militares; y apertura al diálogo con países que no comparten estos valores. La elección de A. Stubb como presidente fortaleció las tendencias prooccidentales en la política exterior de Finlandia. El 1 de septiembre de 2024 entró en vigor el Acuerdo de Cooperación en Defensa con Estados Unidos, mediante el cual Finlandia abre 15 de sus instalaciones militares para posible uso por parte de las fuerzas estadounidenses, sin cobrar alquiler por los espacios o terrenos cedidos. El 27 de septiembre de ese mismo año, el Ministerio de Defensa de Finlandia anunció la instalación de sedes de la OTAN en territorio finlandés: en Mikkeli, al suroeste del país, a 140 km de la frontera con la Federación Rusa, y en la región norte de Laponia. El 1 de abril de 2025, las autoridades finlandesas anunciaron preparativos para retirarse de la Convención de Ottawa que prohíbe las minas antipersonales (una medida similar ya había sido adoptada por los ministros de defensa de Letonia, Lituania, Polonia y Estonia), argumentando que esta es “una forma rentable de complementar las capacidades de las fuerzas armadas”, aunque aclararon que el país seguiría “comprometido con los objetivos humanitarios de la convención”, incluso tras una eventual salida. El 15 de abril de 2025, por primera vez un militar finlandés participó en un vuelo a bordo de una aeronave de vigilancia y control aéreo (AWACS) E-3A de la OTAN durante los ejercicios ‘Ramstein Alloy 2025’ en la región del Báltico. La Fuerza de Alerta Temprana y Control Aerotransportado de la OTAN [‘NATO Airborne Early Warning & Control Force Command’] (NAEW&CF) cuenta con personal de 17 países, además de las contribuciones de Canadá, Francia, Finlandia y Lituania. La OTAN destacó que el E-3A es la primera unidad aérea multinacional creada por la Alianza. Las declaraciones sobre Rusia, a pesar del tono inicial intransigente, comenzaron a suavizarse tras la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien tiene una visión diferente del conflicto en Ucrania en comparación con la administración firmemente pro-ucraniana de Joe Biden. Ya en abril de 2024, Alexander Stubb afirmó que no había necesidad de mantener un diálogo político con Rusia, y consideraba que la acción militar era el único camino hacia la paz en el contexto ucraniano. Bajo la nueva administración en Washington, el presidente finlandés aprobó las negociaciones entre los líderes de EE. UU. y Rusia, aunque reiteró la postura ucraniana sobre la necesidad de una “paz justa” y el ingreso de Ucrania en la UE y la OTAN. Durante su visita a Florida en marzo de 2025, Stubb intentó disuadir a Donald Trump de cooperar con Rusia y también pidió sanciones más severas contra Moscú. El 1 de abril de 2025, el presidente finlandés admitió que varios países europeos habían empezado a hablar sobre retomar el contacto con Rusia. Señaló que Finlandia debe “prepararse moralmente” para reconstruir la relación política con Rusia, ya que “nada cambia el hecho de que Rusia existe y siempre será nuestro vecino”. No obstante, no ofreció un calendario sobre cuándo podría restablecerse esa relación. La situación en torno a la guerra en Ucrania se ha complicado por el creciente aislacionismo de la administración de Trump, junto con amenazas de retirarse de las negociaciones y una guerra comercial que Washington ha lanzado contra casi todo el mundo (aunque con algunas partes ha sido pausada). Esto genera temores de una nueva “Gran Depresión”. El éxito de la Unión Europea en la mesa de negociaciones dependerá de cuán unificados estén sus Estados miembros, dado que tienen intereses geopolíticos distintos. Aunque Finlandia apoya los llamados a un alto al fuego, no planea suspender su apoyo militar a Ucrania ni oponerse a su ingreso en la OTAN. Alexander Stubb, en al menos dos ocasiones (noviembre de 2024 y marzo de 2025), advirtió públicamente a Ucrania sobre seguir un “escenario finlandés”. Esto significaría renunciar a la membresía en la OTAN y posiblemente ceder territorio, similar a lo que hizo Finlandia tras la Segunda Guerra Mundial, cuando aceptó la neutralidad y perdió el 11 % de su territorio. En relación con los esfuerzos para resolver el conflicto en 2025, Stubb criticó la antigua política de “buena vecindad” de Finlandia con la Unión Soviética. Señaló que, aunque Finlandia mantuvo su independencia en 1944, perdió tierras, parte de su soberanía y la capacidad de tomar decisiones libremente.

First published in :

Russian International Affairs Council (RIAC)

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Sergey Andreev

Editor de TASS-DOSSIER

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