Subscribe to our weekly newsletters for free

Subscribe to an email

If you want to subscribe to World & New World Newsletter, please enter
your e-mail

Defense & Security

¿Se mantendrá el frágil alto al fuego entre Irán e Israel? Un factor podría ser clave para que perdure

Ataque con misiles iraníes en Bat Yam, 15 de junio de 2025

Image Source : Wikimedia Commons

by Ali Mamouri

First Published in: Jun.24,2025

Jun.30, 2025

Después de 12 días de guerra, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un alto al fuego entre Israel e Irán que pondría fin al conflicto directo más dramático entre ambas naciones en décadas. Tanto Israel como Irán acordaron respetar el alto al fuego, aunque advirtieron que responderían con fuerza ante cualquier violación. Si el alto el fuego se mantiene — algo muy incierto —, la gran pregunta será si esto marca el inicio de una paz duradera o simplemente una breve pausa antes de que se reanude el conflicto. Como muestran los estudios contemporáneos sobre la guerra, la paz tiende a perdurar bajo dos condiciones: la derrota total de una de las partes o el establecimiento de una disuasión mutua. Esto significa que ambas partes se abstienen de agredir porque los costos esperados de una represalia superan con creces cualquier posible ganancia.

¿Qué ganó cada parte?

La guerra marcó un punto de inflexión para Israel en su confrontación de décadas con Irán. Por primera vez, Israel logró llevar una batalla prolongada al territorio iraní, desplazando el conflicto de enfrentamientos con grupos militantes aliados de Irán a ataques directos contra el propio Irán. Esto fue posible en gran parte gracias al éxito de Israel en los últimos dos años debilitando a la red de aliados regionales de Irán, especialmente Hezbolá en Líbano y las milicias chiitas en Siria. En las últimas dos semanas, Israel ha causado daños significativos a la élite militar y científica de Irán, asesinando a varios comandantes de alto rango y científicos nucleares. El número de víctimas civiles también fue elevado. Además, Israel logró un importante objetivo estratégico al involucrar directamente a Estados Unidos en el conflicto. En coordinación con Israel, EE. UU. lanzó ataques contra tres de las principales instalaciones nucleares de Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. A pesar de estos avances, Israel no logró todos los objetivos que había declarado. El primer ministro Benjamín Netanyahu expresó su apoyo a un cambio de régimen, instando a los iraníes a levantarse contra el gobierno del líder supremo Ali Jamenei, pero la cúpula del liderazgo iraní permanece intacta. Tampoco ha logrado eliminar por completo el programa de misiles de Irán (que siguió lanzando ataques hasta el último minuto antes del alto al fuego). Además, Teherán no accedió a la exigencia previa de Trump de detener el enriquecimiento de uranio. Aunque Irán fue tomado por sorpresa por los ataques israelíes — particularmente mientras se encontraba en negociaciones nucleares con EE. UU.—, respondió lanzando cientos de misiles contra Israel. Si bien muchos fueron interceptados, una cantidad significativa logró penetrar las defensas aéreas israelíes, causando una destrucción generalizada en ciudades importantes, decenas de muertes y cientos de heridos. Irán ha demostrado su capacidad de contraatacar, aunque Israel ha logrado destruir gran parte de sus sistemas de defensa aérea, algunos activos de misiles balísticos (incluidos lanzadores) y múltiples instalaciones energéticas. Desde el inicio del ataque, funcionarios iraníes habían solicitado repetidamente un alto al fuego para reanudar las negociaciones. Bajo esta intensa presión, Irán ha comprendido que no le conviene una guerra de desgaste prolongada con Israel, especialmente considerando que ambos países enfrentan costos crecientes y el riesgo de agotar sus reservas militares si el conflicto continúa. Como indican las teorías sobre la victoria, el éxito en la guerra no se mide solo por el daño causado, sino por alcanzar objetivos estratégicos clave y debilitar la voluntad y la capacidad del enemigo para resistir. Si bien Israel afirma haber cumplido la mayoría de sus objetivos, aún no se conoce con certeza el alcance del daño al programa nuclear iraní, ni su capacidad para seguir enriqueciendo uranio. Ambos países podrían quedar atrapados en un enfrentamiento volátil por el programa nuclear de Irán, con el riesgo de que el conflicto se reavive en cualquier momento en que una de las partes perciba una oportunidad estratégica.

Punto de fricción sobre el programa nuclear de Irán

Irán enfrenta desafíos aún mayores al salir de la guerra. Con un fuerte impacto en su liderazgo y en su infraestructura nuclear, Teherán probablemente dará prioridad a reconstruir su capacidad de disuasión. Esto incluye la adquisición de nuevos sistemas avanzados de defensa aérea — posiblemente provenientes de China — y la restauración de componentes clave de sus programas de misiles y nuclear. (Algunos expertos señalan que Irán no utilizó algunos de sus misiles más potentes para preservar esa capacidad disuasiva). Funcionarios iraníes han afirmado haber resguardado más de 400 kilogramos de uranio enriquecido al 60% antes de los ataques. Teóricamente, esta reserva podría convertirse en nueve o diez ojivas nucleares si se enriquece al 90%. Trump declaró que la capacidad nuclear de Irán había sido “totalmente destruida”, mientras que Rafael Grossi, jefe del organismo de control nuclear de la ONU, señaló que los daños a las instalaciones iraníes fueron “muy significativos”. Sin embargo, analistas sostienen que Irán aún conserva un profundo conocimiento técnico acumulado durante décadas. Dependiendo del nivel de daño a sus instalaciones subterráneas, Irán podría ser capaz de restaurar e incluso acelerar su programa en un plazo relativamente corto. Y las posibilidades de reanudar las negociaciones sobre su programa nuclear parecen más remotas que nunca.

¿Cómo podría ser la disuasión en el futuro?

La guerra ha transformado profundamente la forma en que tanto Irán como Israel perciben la disuasión, y cómo planean garantizarla de aquí en adelante. Para Irán, el conflicto ha reforzado la creencia de que su supervivencia está en juego. Con el cambio de régimen discutido abiertamente durante la guerra, los líderes iraníes parecen más convencidos que nunca de que la verdadera disuasión requiere dos pilares clave: capacidad nuclear y una alineación estratégica más profunda con China y Rusia. Como resultado, se espera que Irán avance rápidamente en la restauración y el desarrollo de su programa nuclear, posiblemente acercándose a la obtención de armas — un paso que hasta ahora había evitado oficialmente. Al mismo tiempo, es probable que Teherán acelere su cooperación militar y económica con Pekín y Moscú como medida para protegerse frente al aislamiento. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, destacó esta estrecha colaboración con Rusia durante una visita a Moscú esta semana, particularmente en asuntos nucleares. Israel, por su parte, considera que la disuasión requiere una vigilancia constante y una amenaza creíble de represalias abrumadoras. Ante la falta de avances diplomáticos, Israel podría adoptar una política de ataques preventivos inmediatos contra instalaciones iraníes o figuras del liderazgo si detecta alguna nueva escalada, especialmente relacionada con el programa nuclear de Irán. En este contexto, el actual alto al fuego ya parece frágil. Sin negociaciones integrales que aborden los temas centrales — es decir, las capacidades nucleares de Irán —, la pausa en las hostilidades podría ser solo temporal. La disuasión mutua podría evitar, por ahora, una guerra más prolongada, pero el equilibrio sigue siendo precario y podría desmoronarse con de forma repentina.

First published in :

The Conversation

바로가기
저자이미지

Ali Mamouri

 

Investigador y escritor sobre filosofía política, religiosidad y secularismo, extremismo y terrorismo. Se doctoró en Filosofía y Teología en 2008.

Investigador asociado en la Universidad de Deakin y exprofesor de la Universidad de Sídney.

Exprofesor en la Universidad de Teherán, la Universidad de Qom, la Universidad de Mustansiriya y otras universidades iraníes e iraquíes, y exprofesor en seminarios religiosos de Qom y Nayaf.

Sus publicaciones aparecen en diversas plataformas académicas y periodísticas en inglés, árabe y persa.

 

Thanks for Reading the Journal

Unlock articles by signing up or logging in.

Become a member for unrestricted reading!